EN MARCHA
En marcha el bicilíndrico tiene un sonido muy KTM. No vibra ni suena demasiado. resultando agradable. Los mandos también están en buena posición y con un tacto perfecto.
EN CIUDAD
Pones el contacto, seleccionas un modo de conducción y puedes, desde los sub-menus, modificar su programación, aunque cada uno de los modos está bien calculado. No necesitarás hacer inventos con ellos, salvo en situaciones extremas. A baja velocidad, en primera, se nota ya ligera, ágil y fácil, lo que permite un uso agradable en ciudad.
EN CARRETERA
En modo Street se nota versátil. Puedes ir muy suave, de paseo, y se muestra agradable y muy cómoda. Simplemente abriendo gas la cosa cambia. Si abres fuerte, los 95 CV del LC8c dan para más de lo que piensas. Los motores KTM suelen ser de respuesta rápida e incluso algo agresivos si es lo que quieres; este no es menos. Se muestra estable y las suspensiones, para mi gusto, vienen bien taradas en la Adventure. No cambia demasiado de posición frenando fuerte y permite acelerar muy pronto en las curvas, con confianza total en el control de tracción, lo que permite una conducción deportiva cercana a una naked sport, muy divertida de llevar y con total nobleza.
La gran diferencia reside en su rueda delantera de 21”. Es perfecta en el campo, pero le da algo de pereza cambiando de dirección rápido. Ahora bien, con gran palanca de manillar, una posición de conducción muy buena y otra vez ese centro de gravedad bajo, lo compensa y, al final, la sensación no es muy diferente a otras trail más grandes con rueda frontal de 19”.
EN CAMPO
Con el modo "off road" se aprecia un tanto firme de suspensiones. No se acaba de tragar todas las irregularidades de la pista, pero sí notas muy bien el agarre de la rueda delantera.