ASÍ LA VEMOS
En esta versión MotoGP, la moto rezuma estilo Suzuki Sport. Cuando te subes aprecias ese estilo, más una innegable sensación de calidad, de moto bien hecha. Es baja de asiento, estrecha y compacta, pero su ergonomía, la forma en la te sientas, cómo quedan los mandos y cómo la sientes, son de moto de una categoría superior, pero a escala pequeña. Aún así, resulta cómoda y suficientemente espaciosa.
Emite un sonido algo más agudo que el habitual en las monocilíndricas. Muy fino, muy suave, sin ruidos mecánicos ni vibración alguna. Metes primera, sueltas el embrague y la moto avanza, desde muy abajo en el cuentavueltas, sin toses, titubeos o tirones. Tiene buena respuesta desde abajo.
En conducción deportiva es muy divertida. Mantienes una sensación de control muy elevada y permite tumbar a placer. Frena muy bien, con un ABS que permite llegar muy lejos en esta maniobra. Y cuando aceleras lo hace con contundencia, subiendo de vueltas hasta donde quieras, incluso hasta hacer encender la luz de sobrerrégimen. Las suspensiones, bastante básica delante y con bieletas detrás, han sido calculadas con acierto. Los 15 CV no declarados oficialmente, pero reconocidos por Suzuki, se notan.
CON PASAJERO
El pasajero es tan poco bienvenido como en cualquier moto RR. Por prestaciones y sensaciones, mejor solo.
Ofrece una innegable sensación de calidad, de moto bien hecha