ASÍ LA VEMOS
Desde que te subes en parado le ves las intenciones. En autovía es donde te llevas la primera sorpresa con la Yamaha YZF-R 125, porque corre mucho. Se le nota que la transmisión tiende a ser larga en cuanto pasas la tercera velocidad. Cuando apuras marchas vas más deprisa que con otras 125 cc, pero no le cuesta alcanzar el tope de vueltas. En 5ª ya puedes superar los 100 km/h (los alcanza a 9.000rpm, cuando la zona roja está en 11.000 rpm), lo que para muchas otras motos de su cilindrada es ya su velocidad máxima. Con la Yamaha te queda una marcha más que, bien agachado sobre el depósito - cosa que el nuevo diseño permite perfectamente- y llaneando sin viento en contra, te permite llegar casi hasta arriba del cuentavueltas.
Para verle el corte de encendido en 6ª, sin embargo, necesitarás algo de cuesta abajo. Le cuesta mucho alcanzar el máximo en plano con algo de subida o viento de frente. Lleva desarrollo largo, no te olvides. Pero en nuestras pruebas, en el mismo sitio de siempre, con el GPS fue capaz de rozar esa zona del cuentavueltas, a 127 km/h reales, con más de 135 km/h de marcador. Impresionante en una 125 Euro 4.
No obstante esto no serviría de mucho si no fuese por todos los cambios introducidos en la parte ciclo. La moto es ahora mucho más noble a cualquier velocidad. Es inevitable prácticamente que con 15 CV no entres en las curvas con la sensación de falta de potencia para sacarla a base de gas. Esto solo se consigue solucionar con una parte ciclo muy bien estudiada y realizada, como la de esta Yamaha R 125 actual.
CON PASAJERO
El asiento del piloto está situado muy alto, con 825 mm. Para que te hagas una idea, la R3 exhibe una distancia de 780 mm. Con ese diseño, el pasajero queda en un "segundo piso" y prácticamente encima del piloto. Nada cómodo.