YAMAHA YZF-R 125
ES NUEVA, EQUIPA MEJORES COMPONENTES Y UNA ESTÉTICA RENOVADA MUY LLAMATIVA. ES MEJOR QUE CUALQUIERA DE LAS ANTERIORES YZF-R 125. PERO LO QUE MÁS LLAMA LA ATENCIÓN CUANDO LA PRUEBAS ES LO QUE CORRE. NINGUNA OTRA 125 CC ES CAPAZ DE LLEGAR A ESTA VELOCIDAD. Y ADEMÁS, LO HACE BIEN.
Yamaha siempre ha tenido muy claro cómo tiene que ser una deportiva. No tienes más que echar un vistazo a la historia de los últimos 25 o 30 años. La primera Yamaha R1 tuvo justa fama de radical y las R6 siempre lo han mantenido. Las cosas son así. Para que una moto se pueda definir como deportiva debe ser rápida y capaz de lograr un elevado paso por curva. Pero lo cierto es que son motos de calle y, en función del modelo y del segmento en el que se sitúa esa moto, las ventas vendrán porque sea capaz de hacer bien lo que el público exige a ese tipo de motos. En 1998, cuando se presentó la R1, estaba bien claro que el mercado quería una super-deportiva lo más RR posible. Yamaha así lo entendió antes que los demás y lo hizo. Ya en el siglo XXI, el combate de las supersport en las ventas también empezaba a decantarse con modelos cada día más de carreras, y las ventas se movieron del sport-turismo de los 80 y 90 (CBR, ZZR, YZF…) a els circuitos. La R6 cumplía de sobra.
Con la convalidación del carné B, con la posibilidad de que con carné de coche se pudiesen llevar motos de 125 cc, el mercado cambia. Las 125 cc de 4T, hasta entonces marginales, se empiezan a convertir
en reinas del mercado. Las 125 2T, las deportivas de antes, no entran en esa convalidación. Las marcas empiezan a volcarse en esa cilindrada, pero se tardó unos años en lanzarse una 125 cc de marchas que alcanzara los 15 CV de corte deportivo. No fue Yamaha, sino Daelim la primera, con aquella Roadwin 125 R carenada. Ofrecía 15 CV y con una tapa de cárter pintada en rojo se intentó posiconar como deportiva, aunque lo era más bien poco. Yamaha fue la segunda, con una YZF 125 R 2008 que heredaba las formas y casi el tamaño de la R6. Se mostró como una moto alta, con semimanillares bajos, incómoda en ciudad, con 15 CV y muy rápida dentro de lo que eran las 125 cc. Empleaba un motor diseñado ex-profeso para ella, de alta tecnología, para lo que se estilaba entonces, hace más de 10 años. Recuerdo haberla probado y quedarme con la sensación de un gran motor en una moto demasiado grande, con cierta tendencia a caerse hacia dentro si tumbabas en plan deportivo.
En 2014 llegó la primera gran evolución de la moto. Se adoptó una nueva horquilla invertida y un cuadro LCD, dos puntos en los que se reforzaba mucho la imagen deportiva de la moto. Pero ha sido para 2019 cuando ha llegado una Yamaha R
125 completamente nueva, con chasis de nueva factura, un rediseño completo del motor, instrumentación y carrocería. Y, sobre todo, un comportamiento revisado que mejora en general una moto que se ha ido un punto más lejos hacia la deportividad pura, hacia las prestaciones y el comportamiento sport. Así, la Yamaha R 125 tiene las cosas claras, como al principio. Quiere ser la deportiva más efectiva de las 125 4T. Para empezar, cumple con la primera premisa, siendo la más rápida de las 125 cc de marchas que hasta ahora hemos probado. La Yamaha R 125 ha tomado el camino correcto. Ha mejorado como deportiva manteniendo el estilo de familia. Ahora se parece más a la R1 que a la R6 o a la R3, pero tiene su propia personalidad. Además, no ha perdido la polivalencia necesaria, siendo conscientes de que estamos ante una deportiva. No es la más cómoda de las 125 cc en ciudad, pero se lleva bien y, a cambio, dispones de 127 km/h de velocidad punta real, algo que ninguna 125 actual puede alcanzar, con un comportamiento en curvas mejor que antes.