Déjame que te recuerde
Recuerdo el apoyo sin condición en los días difíciles de mi vida profesional, aquellos en que determinados “personajes” en la Guardia Civil se empeñaban en excomulgarme de mi pasión de servicio desde el Cuerpo a los ciudadanos.
Recuerdo tu mirada, tu sonrisa y tu inconformismo. Te recuerdo como uno de los grandes de este nuestro mundo que para los más jóvenes tal vez pasen desapercibidos, pero tus pasos se hicieron historia, pudimos disfrutar “Las series” y otras muchas cosas.
Recuerdo tu brutal conocimiento sobre el pasado del motociclismo. Recuerdo los días de gloria de tus grandes creaciones para nuestra afición. Recuerdo y respeto, en la nostalgia, a ti, amigo mío, a ti Javier Herrero.
En el compromiso y con lealtad reinicio de nuevo este camino, pues de honor se trata, de servicio se viste y de gratitud se alimenta cada una de mis palabras.
El sábado 21 de diciembre de 2013 nos dejaste, Javier Herrero, pocos meses después de que el Ministerio de Defensa dictara mi estado de “pensionista” de por vida y no por la edad, y así lo documentaron, por la inadaptación a la Guardia Civil en un 10%. El sábado 21 de diciembre llegó como corte frío que nos dejabas todo lo que eras en el recuerdo, tu herencia de valores. Han pasado más de 5 años y te sigo teniendo presente, imaginando tu sonrisa cuando respiro los vientos antes de ponerme el casco. Y sí, guardo silencio pues son cosas de dentro, de los recuerdos de aquellos que fuisteis buenos y grandes en vuestro universo.
Me quedo con parte de tu inconformismo y lealtad de servicio a los ciudadanos motociclistas y desde estas líneas intentaré, con humildad, ser fiel a tu herencia de valores y pasiones amigo Javier.
Gratitud y lealtad a Ramón López, a Fórmula Moto y su equipo por dejarme reincorporarme a la lucha desde sus páginas.
Gratitud y lealtad a TI, “AMIGO GRANDE”. Como te dije, “no sé guardar silencio ni rendirme”.