HONDA CB 500 F
LA FIRMA DEL ALA FUE LA ÚNICA QUE PROPUSO UNA 500 CC CON LA POTENCIA MÁXIMA PERMITIDA PARA EL CARNÉ A2 CUANDO SE INTRODUJO ESTA NORMATIVA. EN 2019, YA EN SU TERCERA GENERACIÓN, MANTIENE ESTA EXCLUSIVIDAD.
El detalle más inteligente que identifica la Honda CB 500 es que está específicamente diseñada para nuestro continente. Al tener una cilindrada ya respetable, su comportamiento se asemejaría en mayor medida a la de sus referencias de superior cubicaje, además de presentarse como versión de iniciación pero, a su vez, también válida para los que no precisen prestaciones superiores en el futuro y, por tanto, no requieran cambiar de carné ni de moto. Esta última condición también se encuentra en las motos limitables pero, en este caso, hablamos de modelos sobredimensionados una vez limitados, y no diseñados específicamente para sus prestaciones como sí ocurre con las Honda CB 500. Y ahora, en mayor medida gracias a su nuevas opciones 2019.
Esta propuesta diferente “by Honda” ha demostrado su validez con unas cifras de venta en lo más alto del podio de su categoría. Y como se trata de mantener este estatus, en Honda han lanzado para 2019 una tercera generación de la serie CB 500,
en la que la CB 500 F sigue oficiando de representante naked. Sustituye a la anterior serie nacida en 2016, cuando introdujo novedades estéticas, además de maneta de freno regulable en cinco posiciones, horquilla regulable en precarga, toma de depósito con bisagra ( y un litro más de capacidad) más ligeros cambios en caja de cambios y escape. Ahora, de nuevo, asistimos a una evolución similar, con un fuerte componente estético y un trabajo de detalle en términos mecánicos.
La Honda CB 500 F sigue estando fabricada en Tailandia, una factoría con unos resultados en los test de calidad internos que realiza la marca al nivel de sus referencias en Japón. En su imagen destacan las nuevas líneas de su parte delantera y tapas laterales, así como de la zona del colín, todo un conjunto más deportivo. Las aperturas de los flancos del radiador y del colín aportan un enorme contenido sport y el manillar cónico sobre torretas, ahora situado un poco más bajo, ofrece una imagen "street fighter". La instrumentaciones de nueva factura, compartida con la nueva CB 650
R, cuenta con multitud de información y ya, por fin, con indicador de marcha engranada. Su disposición se asemeja a la pantalla de un teléfono móvil en horizontal, con dos pulsadores en su parte inferior para seleccionar su información. Además, añade de luz de aviso para el cambio de marcha programable en escalones de 250 rpm desde las 5.000 rpm hasta las 8.750 rpm. Un equipo de iluminación 100% LED, con espectacular nuevo faro frontal, ponen la guinda a su nueva figura.
Si ya las sensaciones que nos ofrecía la edición anterior nos parecían dignas de una puntuación más que notable, en la presente versión se multiplican. El impacto visual que recibes de sus novedades se aplica también una vez sobre ella. El manillar te invita a admirar la nueva instrumentación. Lástima que sus funciones no sean seleccionables desde un pulsador en la piña izquierda y tengas que quitar la mano del manillar en marcha si quieres cambiar entre ellos. En este sentido, el tacómetro circular que rodea el indicador de marcha engranada no es muy visible, por lo que si quieres saber exactamente el punto de rpm en el que te encuentras, mejor seleccionar el dato en uno de los dos dígitos inferiores aunque tengas que prescindir del odómetro. De todos modos, es de gran ayuda un "flash" que te avisa para cambiar marchas, ya sea si lo has programado para realizar una conducción eficiente ( menos rpm) o más deportiva ( más rpm).
Su suavidad de respuesta y la ligereza de la que hace gala su manejabilidad son datos esenciales para postularse como una moto perfecta de iniciación. Sin embargo, también sorprende a los más veteranos, y por una simple razón: te redescubre un mundo olvidado. Me explico. Acostumbrados como estamos a motos que confían su rendimiento a datos de potencia sin límite, basta montarse en una moto equilibrada y eficaz como la CB 500 F para volver a pensar que hay vida más allá de los CV. La facilidad con la que se inserta en un ángulo y lo perfectamente controlada que tienes la trazada te permiten pasos por curva en 2ª y 3ª con una velocidad impensable para motos más potentes, rápidas y... pesadas. Parte de la prueba la realicé rodeado de hermanas CB, 650 R y CB 1000 R, y te garantizo que en los tramos de carretera de montaña más revirados, mis compañeros habrían cambiado sus monturas por la mía. Si has observado cómo dibujan las curvas los pilotos de Moto 3 y MotoGP sabes de lo que hablo. Olvida aquello de "burro grande, ande o no ande".
Con esta moto, olvida aquello de "burro grande, ande o no ande"