BMW
F 850 GS ADVENTURE
Como si te estuviera viendo. Después de tus buenos meses madurando la idea –en solitario y con tu pareja– de comprar una maxitrail, finalmente te inclinas por la emblemática GS Adventure. Te gustan sus grandotas formas, su talla, el poderío de su estampa y lo bien que te queda una BMW pero, ¿y si resulta que 1250 son demasiados centímetros cúbicos? Pues resulta que hay una GS grande por fuera pero un poco más contenida por dentro, y se llama 850 Adventure. Tuvimos ocasión de probarla a fondo en una de las rutas organizadas por la gente del Moto Club La Leyenda Continúa, lo cual situaba a la Adventure “pequeña” en un ambiente amigo y hostil al mismo tiempo. Amigo porque la alta concentración de GSs en un mismo lugar le hacía encontrarse casi en familia, y hostil porque precisamente al verse rodeada de un público experto en GS, la tentación de todos era analizarla y escudriñar todo al detalle.
Aún así, su masivo aspecto conseguía engañar a muchos que daban por sentado que esta Adventure era la 1250. “¡Ah, que es la 850!” “… pero si es enorme” “A ver, déjame sentarme…” Efectivamente, “la piel” de la ocho y medio le hace parecerse más aún a su herma
na mayor, pero lo que esconde en su interior es un motor con un rango más amplio de potenciales clientes y un concepto más racional para muchos de los usuarios GS, incluidos algunos de los que ya son actuales poseedores de la 1200 o la 1250.
El motor bicilíndrico –éste en línea y no boxer– nos ofrece 95 CV que cubren de sobra las necesidades de un alto porcentaje de la población GS y, además, un par de 92 Nm a 6.250 rpm que contribuyen a que las sensaciones sean de moto más grande y a que sus cotas, dimensiones y peso de maxi-trail sean realmente manejables.
A todo ello contribuye también una ergonomía muy natural que facilita incluso el habitual manejo de pie en la incursiones off-road que hagamos con ella y el amplio repertorio de electrónica que la Adventure equipa de serie, como el control de tracción ASC –control automático de estabilidad– desconectable para uso en campo o los modos de conducción “Road”, que interviene sobre el ABS y el ASC para un uso normal en carretera, o el modo “Rain”, que ajusta ambos sistemas para la conducción en mojado.
La 850 que nos llevamos de fin de semana equipaba, además de lo de serie, todo el catálogo de extras ofertado por BMW para permitirnos sacarle aún más jugo a la experiencia. Así que, como también venía con los modos
“Enduro” y “Dynamic” –en los cuales los elementos de seguridad de serie cambian de ABS y ASC a ABS Pro y DTC– aprovechamos para salirnos de lo negro y hacer algunos kilómetros por tierra de camino al campamento base de la concentración. El modo Enduro dulcifica sensiblemente la respuesta del acelerador para afrontar con mucha seguridad la salida de las curvas en tierra pero, si quieres un modo menos intervencionista y disfrutar de un uso un poco más extremo tienes el Dynamic que, además, desactiva el ABS para que no sólo las salidas de la curva sean más divertidas, sino también las entradas con la moto cruzada hasta donde tu pericia te permita. Y mención especial para todas las ayudas a la conducción que convierten cada viaje, ruta, excursión o simple paseo en una experiencia más segura y tan controlable como cada uno quiera, todo manejable de una forma muy intuitiva desde su generosa pantalla TFT de 6,5 pulgadas a todo color, todo un iPad a bordo.