MIRAR CON OTROS OJOS
La historia se repite
Qué gran verdad es aquello de “quienno conoce la historia, está condenado a repetir la ”. El desembarco fuera de sus fronteras de la industria japonesa de la moto fue tomada con indiferencia, e incluso con desprecio, por las entonces reinantes marcas europeas y estadounidenses, sobre todo por las británicas, quienes entonces oficiaban de auténtico monopolio del sector. Cuando en 1959 arribó Soichiro Honda con su equipo de pilotos y mecánicos a la Isla de Man para disputar su primer TT, para las marcas históricas del evento fue hasta digno de sorna. ¿Dónde están ahora aquellas AJS, Velocette o BSA que dominaban esta época? Hoy día, la moto no se entiende sin el componente nipón en cualquiera de sus facetas, ya sea industrial, deportiva, etc. Ahora, 60 años más tarde, nos encontramos ante un proceso similar, en este caso con la bandera china como emblema. Tanto desde Scooting, como desde Fórmula MOTO o formulamoto.es, llevamos muchos años probando productos de esta procedencia. La respuesta general, sobre todo en redes sociales, es de total menosprecio a priori. Si quieres tener constancia, no de lo que nos deparará el futuro inmediato, sino ya en esta recta final de década, te aconsejo que eches un vistazo a algunas de las pruebas que te traemos en las páginas de este número de septiembre o en la entrevista al CEO de Norton
(una de las marcas en activo más mítica de la historia del motociclismo que se beneficiará de la colaboración con Zongshen), porque el futuro seguirá el patrón citado en el caso japonés, pero en clave china. Por poner un ejemplo, la CF Moto probada por Alan Cathcart en Australia equipa ABS y centralita electrónica de las
alemanas Continental y Bosch, frenos y maletas de las españolas JJuan y SHAD, o neumáticos Metzeler, todo ello una muestra de la apuesta por la calidad. Por cierto, esta última marca pertenece al Grupo Pirelli, a su vez, propiedad de ChemChina... Quizá quienes lanzan esos comentarios lo hacen utilizando un teléfono móvil (¿un “americano” Apple?) o un ordenador con la etiqueta “made in China”, o por desconocimiento de que China es, por ejemplo, la primera potencia del mundo en inteligencia artificial. Es una deriva tan curiosa que incluso algunos distribuidores e importadores de sus productos se afanan en ocultar la procedencia de los mismos. No me cabe la menor duda de que lo que ahora es vergüenza se transformará pronto en orgullo. No en vano, BMW equipa modelos propulsados con motores Loncin, KTM fabricará su serie 790 para todo el mundo en las instalaciones de CF Moto, MV Agusta ha firmado un acuerdo con Loncin para comercializar modelos de media cilindrada... Son múltiples las variantes, como el diseño en Europa y la fabricación en China como el caso de Macbor o Benelli, la fabricación en nuestro continente con motores realizados allí como SWM con Shineray... Incluso la taiwanesa KYMCO saca pecho con su nueva fábrica en territorio chino. El caso es que marcas italianas legendarias y hasta hace poco defenestradas, como las citadas Benelli o SWM, además de Italjet o Moto Morini, tendrán continuidad gracias a esta colaboración intercontinental. Qué lástima que no haya ocurrido lo mismo con nuestras marcas nacionales del pasado. Estoy convencido que, a partir de ahora, verás este proceso en el universo de la moto con otros ojos... rasgados.