ASÍ LA VEMOS
Es una moto que asombra por su imagen, grado de equipamiento, funcionamiento y rendimiento. Los detalles están omnipresentes en todos sus rincones. Por ejemplo, las llantas de radios, con aro negro, le dan mayor planta trail, de moto de más categoría. Presume Zontes de incorporar un selector del cambio - de seis marchas- de alta precisión, cosa que puedes certificar en cuanto pruebas la moto. Lleva dos mapas de inyección (Eco y Sport) y alcanza los 35,4 CV a 9.500 rpm, con un par de 30 Nm a 7.500 rpm, dtos muy relevantes.
Para arrancarla pones el contacto con el botón con un candado grabado: en cuanto le quitas el contacto oyes cómo actúa el bloqueo de dirección. No es de los mejores detalles que tiene la moto, puesto que no puedes dejarla sin bloquear una vez apagada. Es fácil llegar al corte de encendido sin esperar a una enorme cuesta abajo. Acelera además muy bien, pero no es un motor que requiera llevarlo siempre muy alto de vueltas, porque tiene unos medios muy agradables y utilizables. Y solo a tope, en la zona roja del cuentavueltas notas algunas vibraciones en los reposapiés, si bien no llegan a ser molestas.
No excesivamente alta ni pesada, con buen tacto y con el manillar elevado, la Zontes pasa bien por cualquier sitio y con buen radio de giro. Es cómoda, además, de asiento y posición. Ni en un día entero por la ciudad o en un viaje es cansada. En campo es donde tiene más "doble cara". El buen agarre de los neumáticos, la manejabilidad por su poco peso y tamaño contenido, junto con su protección en caso de caídas, son una gran baza. Lo que menos convence es que el tarado de las suspensiones se ha hecho pensando en el asfalto y resulta algo duro y seco en zonas bacheadas. Con una suspensión con un primer recorrido capaz de absorber algo más sería un trail muy convincente también en el fuera carretera.
CON PASAJERO
El pasajero tiene sitio suficiente y se beneficia de amplias asas integradas en el diseño de la parrilla.