ASÍ LA VEMOS
Mientras que la entrega de par de la anterior Rocket III era un poco agresiva a partir de 3.000 rpm, la nueva edición, con más cilindrada, es más poderosa a cualquier régimen de giro, lo que te permite pilotarla como tú quieras. Si quieres ir de tranquilo, en marchas largas disfrutarás de su masivo empuje. Sale prácticamente al ralentí en sexta a 1.500 rpm hasta llegar al corte de encendido sin el más mínimo problema de transmisión. La curva de potencia más plana a medio régimen es asombrosa. Pero si quieres ponerte en modo más deportivo, utiliza su agradable caja de cambios para subirla hasta las 5.000 rpm, eso sí, mejor cogiendo la maneta de embrague para que las marchas entren limpiamente (por debajo puedes hacerlo sin embrague).
El disco trasero cuenta con pinza Brembo M4 32.4 monobloque de cuatro pistones, ¡la misma que las Ducati oficiales de Superbike llevaban delante hasta hace un año! Además, no solo se monta un ABS firmado por Continental con función "cornering" conectado a su IMU de seis ejes (que también actúa sobre el control de tracción desconectable), sino que se ha desarrollado un sistema electrónico de frenada combinada, de modo que cuando actúas sobre la maneta la centralita decide qué proporción de la frenada se aplicará también sobre el trasero. Tiene en cuenta la velocidad, la transferencia de pesos y el ángulo de inclinación, dejándote a ti la opción de frenar más de atrás actuando sobre el pedal, el cual no está conectado con el delantero. Notas perfectamente cómo interviene el trasero cuando frenas de delante y esto es realmente beneficioso cuando vas a entrar en una curva, ya que contrarresta la masiva transferencia de pesos que se genera en una moto de este porte.
CON PASAJERO
Solo la versión GT hace honor a su nombre y permite transportar con cierta comodidad un pasajero. Dispone de respaldo y asas, inexistentes en la R.