EN MARCHA
A la hora de aparcar solo cuenta (como buena deportiva) con una pata lateral, de uso sencillo y con desconexión del motor.
EN CIUDAD
Los retrovisores, muy bonitos y bien integrados en la carrocería (un poco hacia afuera), tampoco son excesivamente útiles, si bien en ciudad son menos incordio que unos en la punta del manillar que parecerían más adecuados estéticamente. Maniobrar con ella a baja velocidad no es difícil, ya que el asiento está por debajo de los 800 mm y no se siente pesada. A pesar de que la horquilla invertida limita algo el giro, tampoco se le puede criticar en este sentido.
El cuadro es digital, redondo, y va montado hacia el lado izquierdo. No es muy grande pero sí bastante completo, aunque de lectura justa. Es el mismo que se monta en la naked HP. La tija superior se nota cuidada, al igual que las piñas y resto de mandos. Los puños son un guiño al pasado, con el sello ovalado de FB Mondial en relieve.
EN CARRETERA
En este medio sorprenden sus prestaciones. Anda mucho y bien. Arriba del cuentavueltas vibra ligeramente, pero no es molesto. Frena bien y sus neumáticos ofrecen en seco un agarre correcto. No obstante, a pesar de que la moto ha bajado la altura de la llanta delantera con respecto a la HPS (18" en la naked, 17" en esta) y es 10 mm más corta entre ejes, no ha mejorado en tacto del tren delantero. No da la confianza necesaria, al menos con estos neumáticos como para llevarla como una deportiva 100%, y hay que guardarse un margen a la hora de tumbar. Otro inconveniente leve es la posición de los escapes: en el momento en que quieres adoptar una posición de conducción más "racing" y pisas la estribera con la punta del pie, el talón chocará con los escapes, obligándote a llevar el pie en una posición extraña. Sin embargo, agachado en rectas, verás el cuentakilómetros acercarse a los 120 km/h de marcador, 109 km/h reales, nada mal para una moto de 13 CV y 140 kg.