CARRETERA Y MANTA
Llevo tiempo preparando un manual de inspección de carreteras a nivel usuario que sirva para cambiar el alma del respeto a la vida de los ciudadanos. Hoy recuerdo el servicio del día 12 de octubre del año 2007. Aquel día me dolía el alma de ver la injusticia en materia de protección y seguridad a los ciudadanos y contra los ciudadanos. A las 8:05 h abrí expediente denuncia contra el Ministerio de Fomento por no mantener la carretera en las condiciones técnico-legales exigibles para la seguridad pasiva; a las 8:10 el siguiente; a las 8:15 horas formulé otra denuncia por irregularidades en la señalización vertical; a las 09:50 la siguiente por el firme en mal estado; a las 10:45 horas por presencia de gravilla desde hace más de un año.Y otra, y otra, y otras, y así hasta 10 denuncias contra el Ministerio de Fomento por incumplir la Ley y poner en peligro a los ciudadanos.
La última denuncia la formulé a las 11:20 horas por el estado altamente peligroso del firme (surco profundo y ancho) en el kilómetro 403 de la Nacional II sentido Barcelona, expediente 22004611438.8 y advertía en el propio texto de denuncia “hecho denunciado desde hace más de un año”. Al mismo tiempo, amenazas y órdenes para que dejara de denunciar el mal estado de la carretera se sucedían. Mientras se me pedía que incumpliera la Ley no denunciando las ilegalidades cometidas por otros funcionarios públicos en materia de conservación de carreteras, se hacía más fuerte en mi el dolor de tener que desobedecer, pues la vida de los ciudadanos no tiene precio, ningún precio, y así lo juré, pero “obedecer” también era importante para mí, porque creía en ello.
Lo peor de todo es que nunca, y digo nunca, se llegó a abrir expediente por parte de la DGT por ninguna de las denuncias formuladas. Las denuncias desaparecieron, aunque, como tantas veces, yo guardé las pruebas para vergüenza de una administración pública.
Lo peor de todo es que las denuncias terminaron en la basura moral de aquellos capaces de matar por una silla, capaces de mentir al derecho a la vida, de pisotear el
Estado de Derecho desde la impunidad que le da el ser funcionario.
Era el agente de la Guardia
Civil Z 32849 D, abracé el respeto a los ciudadanos, lo hice con lealtad pues así lo juré y respeté la mejor bandera que debemos respetar, la bandera del honor.
Hoy, fuera de la Guardia Civil por “inútil”, por esa alteración patológica acreditada en 2013 por las altas esferas del Ministerio de Defensa de inadaptación a la Guardia Civil en un 10 %, doy gracias, gracias a la vida porque cada día me enseña cómo vivirla, gracias a las gentes porque cada día me reflejo en ellos desde la igualdad que nos dan los problemas y las verdades. Hoy os doy las gracias por dejarme seguir en esta lucha desde el espacio de humildad que me corresponde. Como Guardia Civil ¡no pude hacer más! Cómo lo lamento.Y a Formula Moto le estoy agradecido por abrirme estas puertas para comunicar.