El faro de las orcas
★★★★★
Antes de que empiecen las carreras
por sótanos y los apagones de luz, los sustos y la irrupción de la fantasía propiamente dicha, La autopsia de Jane Done es un extraordinario relato de terror latente. Toda la primera mitad, la que parece un examen minucioso de un cadáver para averiguar la causa de su muerte como si estuviéramos en una clase de la facultad de medicina, es escalofriante. Y no es tanto porque sugiera más que muestre (una de los fundamentos del terror), porque aquí se ve todo. Es terriblemente intranquilizador porque nada cuadra con la ciencia forense. Durante el proceso de estudio de este extraño cuerpo sin vida, los libros de medicina no sirven de nada.
Todas estas extrañísimas excepciones a la regla crean un clima tenso como la piel del tambor (el silencio riguroso de una sala de cine a menudo puede ser revelador; en este caso, la platea era una tumba) que produce más escalofríos por el desenlace que nos vamos imaginando que por el que luego finalmente será. La segunda mitad, aunque digna, ya es más convencional. Lo mejor: Brian Cox en plenitud interpretativa.
Lo peor: la descompensación entre sus dos partes. FECHA ESTRENO: 13 ENERO
(España, Argentina, 2016, 109 min.).
Dirección: Gerardo Olivares.
Intérpretes: Maribel Verdú, Joaquín Furriel, Quinchu Rapalini, Ana Celentano, Ciro Miró. Guión: G. Olivares, Lucía Puenzo y Sallua Sehk, sobre el libro de Roberto Bubas. Fotografía: Óscar Durán. Música: Pascal Gaigne.
Entrelobos (2010), esComo
ta película demuestra el talento de Gerardo Olivares para visualizar los vínculos entre hombre y naturaleza y el diálogo entre aquel y los animales que viven en plena libertad. Aquí nos trasladamos a la Patagonia argentina (aunque buena parte del rodaje tuvo lugar en Fuerteventura), a una zona remota en la que habita solitario, junto a su faro, un observador de la fauna y, concretamente, de la orcas amigas que visitan la playa vacía. La trama convoca a una madre y su niño autista, con quienes entabla una relación progresivamente afectiva, así como la tragedia personal que sufrió el hombre en el pasado; ahí El faro de las orcas se sostiene tambaleante, a punto de fa- llecer de neumonía sentimental.
Pero el logro de la película está en la estupenda descripción del ambiente y cómo de la conjunción de viento, arena, mar y cielo emerge un relato macizo. En cuanto al papel de las orcas, está más cerca del ternurismo de ¡Liberad a Willy! (Simon Wincer, 1993) que de la descarnada veracidad de Blackfish (Gabriela Cowperthwaite, 2013). Lo mejor: la muy bien transmitida mezcla de belleza y soledad. Lo peor: chirría a veces la relación entre los personajes. Reportaje en número 2.078 FECHA ESTRENO: 16 DICIEMBRE pectadores. De ahí su longevidad y que autores como Marcel Achard, Claude Magnier, Jean Poiret o Francis Veber sigan siendo referentes sobre los escenarios y en las pantallas. Éric Lavaine sigue fielmente esa premisa que se ha relevado exitosa: aunque a pie de página podamos reconocer la crisis económica actual, la de valores y de la familia, todo en Vuelta a casa de mi madre es amabilidad, ligereza y producto pensado para gustar a todo el mundo, no molestar a nadie.
Pero incluso así, hay en el film una muy crítica mirada a unos tiempos ¿modernos? en los que las hijas resultan ser más conservadoras que sus madres. Y un tan pequeñoburgués como malvado dibujo de la nostalgia como prisión. FECHA ESTR.: 30 DIC.