Rezar en tiempos revueltos
No sin un cierto aire de melodrama, ‘Las inocentes’, de Anne Fontaine, recuerda los daños colaterales del avance ruso de 1945 en un convento polaco, cuando los alemanes estaban en plena retirada. MADELEINE, LA CHICA DE LA CRUZ ROJA
Ya lo decía la propaganda nazi, que las hordas rojas lo violaban todo a su paso, y en eso no se equivocaban. Ni siquiera el hábito monjil podía pararles: Violaron a 25 monjas en aquel convento polaco, y algunas de ellas hasta 40 veces seguidas, nos precisa Anne Fontaine (Primavera en Normandía). Es lo que descubre la médico protagonista (una deslumbrante Lou de Laâge), que, a fuerza de visitar a estas hijas de Dios preñadas de sus brutales agresores, irá sintiéndose cada vez más cercana a ellas. En este sentido, la película tiene mucho de viaje hacia a la luz, como si fuera una hagiografía, comparación con la que Anne Fontaine se muestra disconforme: Sería un poco ingenuo pensar que esta doctora vaya a abrazar el catolicismo sólo porque se solidariza con los problemas de estas monjas, y las ayuda. Aunque es verdad que el personaje se ve envuelto en una cierta espiritualidad a raíz del encuentro, de la misma forma que algunas de esas monjas hacen el camino en sentido contrario. Es un film sobre la fe, pero no sólo sobre una fe religiosa, sino también sobre la fe en la Humanidad, después de esos crímenes horribles. Y también habla de la rebeldía, y del coraje necesario para saltarse las reglas. La monja que va a avisar a la Antes de llegar con 27 años a Polonia en abril de 1945, Madeleine Pauliac, médico de la Cruz Roja en cuyas experiencias se basa el film, había militado en la Resistencia, participado en la liberación de París y servido en Moscú. Al mando de un escuadrón de ambulancias, su misión en Polonia consistía en repatriar todos los franceses que encontraba en los recién liberados campos de la muerte alemanes. Falleció en Polonia, en 1946, durante la última de sus 200 misiones en la zona. Su sobrino, Philippe Maynial, escribió un libro a partir de sus notas, que ha sido la base del film.
por Philipp Engel.
doctora para ayudar a sus compañeras desobedece a la madre superiora, y la protagonista también desobedece a su jefe para acudir en su ayuda.
ICONOGRAFÍA RELIGIOSA
La fotografía de Caroline Champentier (De dioses y hombres) está inspirada en la iconografía religiosa de Georges de La Tour, discípulo de Caravaggio que también trabajaba mucho con las luces y las sombras. Y el hecho que se tratara de monjas que sólo mostraban su rostros, enmarcados por sus hábitos, hacía más interesantes los encuadres, como si fueran cuadros dentro de cuadros. La estética del film transpira también autenticidad, pues se rodó en las nevadas estepas polacas, con un reparto polaco, del cual forman parte Agata Buzek y Agata Kulesza, famosas por otra película de monjas: Ida (Pawel Pawlikowski, 2013). Nadie hablaba más de dos palabras de francés. Me sentía como la protagonista del film, aventurándome en lo desconocido, concluye Fontaine.
ESTRENO: 23 DICIEMBRE