DE NIÑA A REINA
La Reina de España no es La niña de tus ojos, pero es divertida, entretenida, y se ve bien, aunque la fuga de Resines podía estar mejor, y los chistes sobre homosexualidad son de lo más viejunos. Penélope está espectacular, y algunos como Javier Cámara están desaprovechados. Un shock ver a Mandy Patinkin sin barba después de tanto Homeland, y comprobar cómo se quita años de encima sin ella. La fotografía de Alcaine estupenda como siempre.
Sin ser un peliculón, me reí con algunas cosas, y ver a los personajes muchos años después me pareció emocionante. Me sobran cosas como l a repetición del tema de l a seducción homosexual.
Tiene momentos simpáticos, casi todos los del rodaje, pero el excesivo protagonismo de Resines y el Valle de los Caídos es fatigante. Me han gustado Penélope, Loles y la Sardà, como siempre, pero creo que los americanos están desaprovechados, y Clive Revill fuera de lugar. Y no creo que el supuesto boicot haya tenido consecuencias salvo en los sectores más ultra. Isabelle c’est moi (vía e-mail).
CONTESTA MISTER BELVEDERE
Vamos a obviar el tema del tan traído y llevado boicot que, seguramente, no ha perjudicado tanto como se dice a la discreta taquilla de esta reina. Es de esas ocasiones en que uno cree que la película, una vez terminada, debería haber pasado por uno de esos screening test que tanto se prodigan en América y así haber procedido a limar algunas aristas que chirrían. Aun así, ver momentos de cine dentro de cine siempre es muy agradecido. De hecho, Fernando Trueba sigue insistiendo en que su película es un homenaje a Emilio Ruiz del Río, el maestro en efectos visuales, fallecido en 2007, a quien Sigfrid Monleón dedicó el documental El último truco.