VIOLA DAVIS
La suya es una historia de película: de la pobreza más extrema a estrella en el teatro, la TV y el cine. Con ‘Fences’ , Viola Davis puede confirmar, con un Oscar al que ya ha optado dos veces, una carrera llena de grandes momentos.
Cuando tenía 9 años, Viola Davis (St. Matthews, Carolina del Sur, 1965) ganó el primero del que sería una larga lista de premios como actriz: un bate de béisbol de plástico. Fue por participar, junto a su hermana Diane, seis años mayor que ella, en un concurso de talentos benéfico organizado en Central Falls, una pequeña localidad del estado de
Rhode Island en la que su familia, una de las primeras afroamericanas que vivió en ella, se instaló dos meses después de nacer Viola. Cuando las dos niñas llegaron a casa, un edificio sin luz ni agua caliente en el que vivían de prestado, mostraron, orgullosas, el premio… ¡Y se lo llevaron a su habitación para matar las ratas que se comían sus muñecas de trapo y no las dejaban dormir!
ACTUAR PARA HUIR
Cuando digo que no teníamos nada, quiero decir nada, cero, cuenta hoy Davis, que no oculta su difícil pasado, sino que, al contrario, hace bandera de él y lo ha convertido en el centro de una actividad benéfica que busca acabar con las desigualdades: Si no la has vivido, no te puedes ni imaginar qué supone la pobreza. No es sólo maltrato. Los pobres ni siquiera existen. Es algo que se te mete en el cerebro. Yo sólo quería huir de eso, huir de mí misma, ser alguien distinto. No quería ser yo. Fue esa necesidad la que me llevó a actuar, a huir de mis problemas soñando que era otra persona. Por eso, ganar ese concurso fue tan importante. Fue la primera vez que me sentí ganadora, sin vergüenza ni dudas. Fue un momento perfecto, el primero que viví, explica Davis, casada con el actor Julius Tennon, con el que ha tenido una hija, Genesis, de 5 años.
Para su tercer trabajo como director, Denzel Washington ha recurrido a un material y una actriz que conocía perfectamente. Por un lado, Fences, obra de teatro de August Wilson que protagonizó en Broadway en 2010 y con la
“¡QUE LE DEN PELÍCULAS A ESTA MUJER!”
Tras estudiar, becada claro, en la prestigiosa Escuela Juilliard de Interpretación de Nueva York, Davis tuvo que luchar contra estereotipos y prejuicios: Además de mi físico, demasiado rotundo, me sorprendía que los personajes negros no tuvieran vida propia, sólo eran complementos. Tras docenas de secundarios en cine o TV, que contrastaban con un carrerón en Broadway (ganó su primer Tony en 2001), el mundo descubrió a Davis en La duda (J.P. Shanley, 2008), por la que fue candidata al Oscar. ¿Cómo se puede ser una actriz revelación pasados los 40 años?, se preguntaba su compañera de reparto Meryl Streep: ¡Que le den películas a esta mujer!