El Sr. Henri comparte piso
★★★★★
(Francia, 2015, 98 min.). guion: Ivan Calbérac, sobre su obra teatral. Intérpretes: Claude Brasseur, Noémie Schmidt, Frédérique Bel, Guillaume de Tonquédec. Fotografía: Vincent Mathias. Música: Laurent Aknin. COMEDIA.
Poco cuesta reconocer en
Constance, la estudiante que se verá atrapada en un romántico enredo intergeneracional, a Léa, aquella niña de 12 años protagonista de la anterior e inédita en España película de Ivan Calbérac: Une semaine sur deux
(et la moitié des vacances scolaires). La mirada inocente, curiosa pero implacable de Léa persiste en Constance, siempre en medio de los asuntos de personas de mayor edad y experiencia que ella, aprendiendo de sus debilidades para acabar siendo la adulta, la profesora. Obviamente, estamos ante una historia de aprendizaje, algo que no sólo nos explicita el título original del film, sino que queda claro en la utilización de las dos figuras protagonistas centrales: el anciano y la joven.
Calbérac juega muy bien con el intercambio continuo de roles entre ambos personajes y la manera en que interactúan con los demás. Sobre una leve excusa argumental que recuerda a Novia por contrato (Tom Dey, 2006), El Sr. Henri comparte piso, en realidad, nos habla de la vida, de sus etapas, como un juego de madura inmadurez. Lo mejor: reencontrarse con el gran Claude Brasseur.
Lo peor: esquematiza un tanto al personaje del hijo. FECHA ESTRENO: 3 MARZO a veces algo simplistas en cuanto al mensaje, aunque bañadas de luz mediterránea e impregnadas de joie de vivre. Guédiguian factura un cine amable que contenta a sus fans y no ofende a nadie, salvo quizás en esta ocasión, cuando se ha metido en el espinoso jardín de la lucha armada.
Al escudarse en que el armenio autor del histórico atentado contra un genocida turco fue absuelto y al distinguir entre luchador bueno y terrorista malo, el marsellés parece querer decirnos que es posible abrazar la lucha armada sin ensuciarse las manos. Peligrosa ingenuidad que el propio director se encarga de desactivar al contarnos la historia de una víctima que, antes que condenar, prefiere tratar de comprender a sus agresores. Lo mejor: que ilumina la Historia y genera debate.
Lo peor: la referencia a ETA, que nos trae malos recuerdos. FECHA ESTR.: 24 MAR. El vidrio resquebrajado que cierra
la introducción de El viajante anticipa la grieta que se abrirá paso en la relación de los protagonistas, matrimonio que alterna sus labores diarias con los ensayos de La muerte de un viajante. La minuciosa construcción del relato (y de su puesta en escena) nunca se impone a la sensación de infiltrarse en un universo orgánico, en unas vidas desestabilizadas por lo que, en apariencia, sólo es un forzado cambio de escenario doméstico.
Lo que cuenta Farhadi es universal (una relación infectada hasta la destrucción por un hecho azaroso, que libera miedos y violencias larvadas), pero también funciona como disección de un lugar y momento muy concretos: ¿se podría entender del todo esta película sin la modulación iraní de los conflictos de género, clase y censura? La ósmosis entre representación y vida que une a Douglas Sirk, John Cassavetes, Ingmar Bergman y Pedro Almodóvar encuentra aquí oportuna descendencia, que alcanza su cumbre cuando el cineasta desvela, por fin, dónde se esconde Willy Loman en esta intrincada historia. Lo mejor: el control narrativo de Farhadi. Lo peor: que se hable más del veto trumpiano que de las sutilezas del film. FECHA ESTRENO: 3 MARZO