La tele, ¿despacita o rapidita?
Qué no ha oido usted todavía la canción de Despacito escrita por Luis Fonsi? ¡No es posible! Vaya usted a inscribirse en el Libro Guinness de los Récords. Pero no voy a hablar de esa canción y del dinero que generará en derechos de autor. La versión francesa de la publicación digital Slate
me ha puesto frente a un gran dilema: cómo será el futuro de la TV. Lento, despacito, como el Twin Peaks de David Lynch, o rapidito como el Juego de Tronos de HBO.
No sucede únicamente en la ficción. Ahí está First Dates (Cuatro), donde la mezcla de historias y el montaje entrecortado casi no te permite ver el desfile de garrulos y casquivanas (así es más fino) que pueblan el programa. Es todo tan rápido que quieres ver más. En cambio, en el Sálvame (Telecinco) todo es mucho más despacito. En ese programa, el presentador hace de jefe de pista y administra el tiempo. No puede permitir que las leonas salgan de la jaula sin haber rugido convenientemente, y eso no se consigue en el primer minuto.
También podríamos entrar en el terreno de los informativos. Aquí el grito de guerra es ritmo, ritmo, ritmo.
No importa que no se cuente nada; lo importante es que el reportero esté in situ, con la crónica memorizada y que se mueva. Dentro de nada, los telediarios serán diarios de paseo: los periodistas irán de un lado a otro, y nos irán contando.
Sin duda, el signo de los tiempos es la velocidad. Estos días he vuelto a ver Sense8, otra de mis series favoritas. Es tan rauda y veloz hasta el punto de que algunos detalles se me quedaron fuera. Pero, sin embargo, cuando necesita tiempo, se lo toma. Ahí está el concierto de Beethoven mientras se producen los partos encadenados. Una secuencia magistral de 15 minutos de duración. Por no hablar de la secuencia en donde cantan el Aleluya de Leonard Cohen, en el episodio de Navidad. ¿Y a ti qué te gusta, querido lector? Cómo quieres que sea tu TV del futuro?