La librería
★★★★★
Intérpretes: Fotografía: Dirección: Música:
Varios son los aciertos de esta tersa,
implacable y muy humana peripecia con libros y mujeres que Isabel Coixet ha convertido en una de sus criaturas más perturbadoras y personales. La primera guarda relación con la (obvia) posibilidad de leer la película en clave autobiográfica: aunque el proceso de la adaptación arrancó hace ya diez años, es ahora cuando se la puede ver como el enfrentamiento entre una mujer libre y una comunidad que pretende someterla. Libre en un sentido discreto: no son heroicidades, sino vidas cotidianas marcadas por la incomprensión, el miedo y la pulsión de hacer daño. Como lo que vive la directora en su convulsa relación con (algunos de) sus conciudadanos catalanes.
La segunda es una idea majestuosa, que viene del primer cine de Coixet, de A los que aman (1998): la conversión del paisaje, captado desde un romanticismo que no desdeña mostrarse como tal. A la vez como el contenedor de los sentimientos de los personajes (tal vez la más bella secuencia de amor rodada jamás por Coixet se desarrolla frente al mar) y como la metáfora que deja en Lo mejor: su mera existencia.
Lo peor: que alguien la lea como una lección de moral arcaica. evidencia a los humanos: la naturaleza como protección (también como amenaza) frente a la iniquidad y la mediocridad de los hombres.
La tercera, en fin, hace de la película una declaración de principios: a la directora no le duelen prendas de hacer una película de valores sólidos, que canta las alabanzas a la lectura y su capacidad para hacernos libres. Una película hermosa y vibrante, cargada de razón y también de esperanza.