Fotogramas

Chris Hemsworth, por Thor: Ragnarok.

El Dios del Trueno, una de las presencias más poderosas del Universo Marvel, aprovecha el estreno de ‘Thor: Ragnarok’, para descubrirn­os su faceta más terrenal y sencilla. Hablamos, en exclusiva, con Chris Hemsworth, sobre héroes, su vis cómica y quién em

- Por María Bernal (Gold Coast, Australia, y Los Ángeles). Foto: Gavin Bond para Tag Heuer.

Chris Hemsworth (Melbourne, Australia, 1983) ha perdido la melena, el martillo… y la cuenta de las veces que ha repetido la última escena. ¡Corten!, grita el realizador Taika Waititi frenando en su iPad la amenaza de un Hulk digital. Bienvenido­s al set de Thor: Ragnarok, tercera entrega de la franquicia que catapultó a este titán rubio, hoy un icono de estilo y reclamo para las grandes marcas, como prueba su cargo de embajador de la prestigios­a relojera suiza Tag Heuer. FOTOGRAMAS viajó hasta la Gold Coast australian­a para conversar con Hemsworth y el equipo de la apuesta más multicolor de Marvel en su continuo intento de dominar la taquilla universal. Y, no contentos con ello, justo antes de la premiere mundial de la cinta, conversamo­s de nuevo en Los Ángeles con un tipo que, como en su día le definió Mark Ruffalo, te hace dudar si los dos pertenecéi­s a la misma especie. Hemsworth, dicharache­ro y cercano, nos habló de casi todo… Sobre los achaques de la edad, el principio del ➔

“Hay un pánico atroz a que se descubra que los actores, bajo nuestra fachada de autocontro­l, somos un fraude”.

fin de su reino divino, sus hermanos… y por supuesto de su diosa, la española Elsa Pataky, con la que está casado desde 2010, y sus tres hijos, India Rose (2012) y los gemelos Tristan y Sasha (2014). Ah, y también de Thor: Ragnarok.

LOS APUROS DE THOR ¿No echa de menos la melena?

Quite, quite. A las 5 de la mañana, cuando ruedas, la melena significa una hora más de maquillaje. Para la próxima me afeito la barba, que ya llevo mucho tiempo con ella.

¿Un superhéroe al que le gusta dormir?

Mucho. Incluso rodeado de tanto niño. La gente con hijos me odia cuando digo que duermo bien. Pero nada mejor para mantenerte en forma.

¿No le tientan en casa con una buena paella?

Con una paella, tortillas de patatas, tapas... Mi suegra cocina de fábula. Pero mi debilidad es el pastel de carne australian­o: hojaldre con macarrones y queso fundido por encima. Suena mal, lo sé, pero me encanta. Los carbohidra­tos me ponen. Y de vez en cuando me regalo un día en el que me como todo lo que me apetece hasta que me pongo malo y se me quitan las ganas por una temporada.

Parece que la vida del superhéroe se hace más difícil con la edad. Su cuerpo se le rebeló en pleno Himalaya, cuando acompañó a su esposa Elsa Pataky en el rodaje del programa

Planeta Calleja. Ahí Elsa fue la heroína de la película. Fueron dos o tres días de escalada a varios miles de metros de altura a los que mi cuerpo no se aclimató. Mi esposa empezó a notarme una respiració­n extraña y un comportami­ento que rayaba la alucinació­n. Y me tuvieron que sacar con helicópter­o, porque, si hubieran esperado más, no lo estaría aquí contando.

Se dijo que se planteó no rodar esta nueva entrega de Thor.

La tenía que hacer por contrato. No tenía opción.

¿Fue esa la única razón?

No. Estas películas me gustan demasiado como para no hacerlas. Pero sí que quería algo diferente. En el primer Thor (K. Branagh, 2011) teníamos que mostrar la trayectori­a clásica de un héroe. Pero, una vez establecid­a la franquicia, no quería repetirme. Y Thor: Ragnarok es todo menos predecible. Con Taika hay mucho más humor. Y, además, tenemos a Cate (Blanchett) de mala malísima. Estoy completame­nte enamorado de ella... Y no hay celos, porque mi esposa también lo está (risas).

¿Contar con un mayor control como productor y traerse el rodaje al lado de casa cambia en algo el trabajo? ¿Lo hace más dulce?

Si algo ha cambiado es mi seguridad a la hora de hacerme oír, de tomar las riendas en lugar de quedarme sentado escuchando. No sé si es la experienci­a. O la edad. Si no tengo razón también me lo dicen y no pasa nada. Defendí a Taika porque es uno de mis directores preferidos desde que vi Boy (2010). Pero fue él quién acabó convencien­do a la cúpula de Marvel.

PARAÍSOS PERSONALES

El set de rodaje está muy cerca de su casa. ¿Cambia eso la experienci­a del rodaje de alguna manera?

Estoy encantado de verme en casa. Los estudios están a hora y media de casa. Ya sé que nací en Melbourne, pero Byron Bay, donde vivo, es más yo. El clima es increíble, su costa es la más bella del mundo y su diversidad natural es tal que para mí es un paraíso. Ahí es donde vivimos mi familia, mi perro Sunny, dos caballos y, hasta hace poco, un cerdo... Pero creció muchísimo y lo tuvimos que ceder a un vecino granjero.

¿Cómo se siente Elsa tan lejos de la suya?

Nos sentimos en casa. Hace años que no sentíamos nada igual. Hemos viajado mucho y a medida que los niños crecen se hace más difícil con los colegios y todo eso. Este ha sido un gran aterrizaje.

¿Un buen momento para ampliar la familia?

¡Si ya son más que nosotros! ¡Ellos son tres, y nosotros, dos! El paso de uno a tres fue brutal, y, aunque estamos encantados, con tres nos plantamos. Siempre quise una familia. Los críos están malcriados con la vida de aventuras y de acampadas que nos damos. Luego vienen los problemas al viajar, porque nos vemos encerrados en un apartament­o y no es lo mismo.

¿Cómo le han recibido sus vecinos? ¿Nota que le miran distinto?

En parte, mi vuelta tuvo que ver con la gente. Hay fans, me reconocen, pero no es tan obsesivo como en otras partes del mundo. Te sientes respetado, como si se alegrasen de que hubiera vuelto.

¿Y Elsa, cómo lo vive?

Elsa me pone los pies en el suelo. Cualquiera con niños pequeños puede entender que, desde que llegaron los gemelos, nuestro modo de vida habitual es el caos. Yo, por otro lado, no me imagino la vida de otra forma. Pero también necesitas tiempo para tu pareja. Los abuelos nos echan una mano. Para escapar y hacer cosas como antes. Ir al cine, a cenar. Es fácil dejarte llevar por la cotidianid­ad y olvidarte de que necesitas tiempo para cultivar la relación con tu pareja.

No le vemos yendo a ver Thor: Ragnarok al cine del pueblo...

Pues se sorprender­ía. Todo es cuestión de entrar por la puerta de atrás con la gorra puesta. Pero tiene razón: el secreto para pasar desapercib­ido es no ir a ver tus propias películas.

NEGOCIOS DE FAMILIA

¿Y en lo que se refiere al trabajo? Con Elsa acaba de rodar 12

Strong, un drama bélico de Nicolai Fuglsig en el que también son marido y mujer... ¿Cuándo le toca a ella en solitario?

Filmar 12 Strong con Elsa fue como unas vacaciones. Los niños estaban en Los Ángeles, y nosotros pasamos una semana en Nuevo México. Lo he dicho antes y lo repito: gracias a Elsa puedo perseguir mi sueño, esta locura en la que se ha convertido mi vida. Le estoy eternament­e agradecido por su apoyo incondicio­nal, e intentarem­os alternarno­s. El año que viene le toca a ella. Eso sí, la tendré todo el día al teléfono para que me dé pistas de cómo solucionar cualquier crisis infantil. Ella lo hace todo fácil.

¿Eso quiere decir trasladars­e a España, quizás?

Los dos somos muy felices en Australia, pero es otro de los planes para el año que viene: pasar más tiempo en España.

Es que si no, a los niños se les va a olvidar el castellano.

De eso nada, ni a ellos ni a mí. Lo del idioma me tiene traumado. Elsa sólo me habla en español para echarme la bronca. La mitad de las veces ni la entiendo, pero le hago caso (risas). Con mi hija lo entiendo mejor, porque me habla más despacito.

¿Cómo le llaman sus hijos?

Papá. Pero cuanto más tiempo pasan en Australia más me llaman Dad. Yo prefiero papá.

La premiere de Thor: Ragnarok en Los Ángeles fue como una es-

pecie de reunión de Hemsworths. Usted, su hermano menor Liam (Los Juegos del Hambre), el mayor, Luke (la serie Westworld), ...

¡El clan Hemsworth toma Hollywood! (risas). ¿Cómo es en casa cuando se reúnen todos?

Un caos maravillos­o con tanto niño. Los míos, los de mi hermano. Una cacofonía ruidosa y sonora, lo mejor de la vida.

¿Comparan trabajos? ¿Se pasan notas, se critican?

Hablamos de cine, claro, porque es nuestro trabajo. Pero no todo el tiempo. Sería un aburrimien­to. Lo mismo que si sólo habláramos de nuestros hijos. No hay rivalidad entre nosotros. Bastantes zancadilla­s te ponen ya en la industria... Somos el Team Heamsworth. Dejamos la competició­n para el deporte. Para el surf. Soy el mejor, que conste (risas).

¿Se imagina un futuro sin encarnar a Thor? El público no, a la vista de la baja taquilla de sus proyectos al margen de Marvel...

Si por mi fuera, dejaría los cables, la pantalla verde y las escenas de acción y haría películas mucho más ancladas en la realidad. Pero estas cintas, además de que son muy divertidas, te dan margen para poder equivocart­e. El mayor inconvenie­nte es que sus rodajes son eternos. Filmamos Rush (R. Howard, 2013) en dos meses. Las de superhéroe­s son, mínimo, cinco o seis meses de rodaje. Mi trabajo es actuar, sea donde sea.

¿Se ha parado a pensar cómo han cambiado las cosas desde ese primer

Thor?

Muchas veces. No podría haber contado con mejores maestros: Anthony Hopkins, Tom Hiddleston, Natalie Portman, pero, sobre todo, Ken Branagh... Fue la primera vez que me enfrenté a algo de ese tamaño. Desde entonces, no he dejado de aprender.

EL MÚSCULO DE LA RISA

En explota su recién descubiert­a vis cómica.

Thor: Ragnarok

¡Hombre! Tampoco tan reciente... He presentado un par de veces el Saturday Night Live, rodé Vacaciones (J.F. Daley y J. Goldstein, 2015), Cazafantas­mas (P. Feig, 2016)... Con la comedia me lo paso bien y, ahora, me siento cómodo y seguro .

En las dos comedias que cita ha aprovechad­o para reírse de su físico. ¿Alguna vez se ha sentido hombre objeto?

No, no realmente. Y en los momentos que vivimos, mi corazón está con aquellos que se sienten manipulado­s, acosados. Nunca ha sido mi caso. Si alguna vez me han pedido que me quitara la camisa, me lo he tomado como la mejor forma de pagar facturas y llevar el plato a la mesa para mi familia. Hay problemas mucho mayores en el mundo como para sentirme hombre objeto o que me preocupe mi imagen.

Ya se está haciendo de menos...

Lo hacemos todos los actores, ¿no? Bajo nuestra fachada de autocontro­l y seguridad, se esconde un pánico atroz a que se descubra que somos en realidad un fraude ¿No le parece? Intentas engañarte a ti mismo a la vez que engañas a los demás. ¡Anda que no me pusieron en mi sitio los seis o siete primeros años que estuve en Los Ángeles! De ahí que mis pies estén ahora siempre en el suelo.

¿El mejor consejo que ha recibido nunca?

De mis padres: Diviértete con lo que hagas. Si no te gusta, si no lo amas, haz otra cosa. Y es cierto. Estamos a cargo de nuestro destino y tienes que ganártelo. Y si no va bien, siempre puedes dormir en el sofá en la casa de tus padres.

Twitter: @chrishemsw­orth

“Si alguna vez me han pedido que me quitara la camisa me lo he tomado como la mejor forma de pagar las facturas”.

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Karl Urban y Cate Blanchett. Hulk, Thor, Valkiria y Loki.
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