PREGUNTAS SIN RESPUESTA

¿De dónde ha surgido la fiebre por hacer festivales de cine fantástico a lo largo y ancho de España?

¿Por qué la bellísima A Ghost Story ha tenido un estreno tan reducido?

¿Por qué una historia tan fascinante como la de La Chana, ahora objeto de un documental de Lucía Stojevic, no había sido contada mucho antes?

¿Por qué la veterana Helen Mirren, que ha declarado que le encantaría interpretar a Donald Trump, demuestra mucho más humor que todas y todos sus colegas jóvenes juntas?

¿Por qué los fans de Judy Garland no están muy de acuerdo con que Renée Zellweger sea la protagonista de un biopic sobre la estrella de El Mago de Oz?

¿Por qué es tan fácil imaginar a Kate Winsl et como una de l as actrices más premiadas de este y el próximo a ño, graci a s a Wonder Wheel?

¿Por qué una estrella de la experiencia y (se supone) sensatez de Johnny Depp apareció tan ebrio en la premiere en Londres de Asesinato en el Orient Express?

¿Por qué las apariciones de Jason Momoa en Liga de la Justicia provocan tantos suspiros en las salas?

¿Por qué, pese a ser un documental impe- cable sobre el director, echamos en falta más declaraciones íntimas en Saura(s)?

¿Por qué los fans de Cher han saltado de alegría al saber que estará en una secuela de Mamma Mia!?

¿Por qué no se ha destacado más el excelente t rabajo de Holly Hunter y Ray Romano como padres de Zoe Kazan en La gran enfermedad del amor?

¿Por qué, desde que vimos Verónica, no se nos ha desenganchado la canción del spot de Centella?

¿¿Por qué Algo muy gordo, de Carlo Padial, opta a una nominación a los Goya en la categoría de Documental?

Por qué, después de ver Nuestra vida en la Borgoña, nos entran irreprimibles ganas de pillar el coche y salir de la ciudad pitando?