LA CLASE OBRERA CONQUISTA LA GIRALDA
La 14ª edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla (del 3 al 11 de noviembre) culminó con el Giraldillo de Oro a la proletaria y reivindicativa ‘A fábrica de nada’, de Pedro Pinho.
Que una película como A fábrica de nada gane el Giraldillo de Oro confirma una cierta tendencia del cine europeo: la convergencia entre realidad y ficción. Tras revolucionar Cannes, el portugués Pedro Pinho conquistó Sevilla con una suerte de documental ficcionado con toques de musical, una mezcla explosiva que muestra una rebelión obrera con la autogestión como modelo viable. En ese espacio de realismo guionizado y autoconsciente estaban otras películas como A ciambra, de Jonas Carpignano, contundente representante italiana en los Oscar; Algo muy gordo, de Carlo Padial, nueva joya autorreflexiva del posthumor, o El mar nos mira de lejos, de Manuel Muñoz Rivas, un viaje con los ermitaños de Doñana que, aunque puramente documental, encuentra en sus espectaculares imágenes un onirismo casi fantástico. Estas dos últimas películas engrosan los éxitos patrios de una edición, una vez más muy centrada en el llamado Otro Cine Español, que tuvo en Niñato, puesta de largo de Adrián Orr, merecedora del Premio Nuevas Olas, su máximo hit. Este retrato familiar sobre el aprendizaje y los sueños frustrados, protagonizado por un amigo del director, David Ransanz, se movió una vez más entre lo real y lo realista.
EL SUR TAMBIÉN EXISTE
Ya se ve, el sur de Europa viene fuerte. Algunos de nuestros países vecinos (y, para variar, no fue Francia, que sí nos dejó la maravillosa Les garçons sauvages, de Bertrand Mandico, y el fantasioso biopic Barbara, de Mathieu Amalric) tuvieron una presencia importante. Italia no sólo ocupó un buen espacio en el podio, sino que vio homenajeado a su dueto más célebre e inconformista, los hermanos Taviani, a los que se otorgó el Giraldillo de Honor. Por otra parte, estaba Portugal, que, además de llevarse el premio gordo, GIRALDILLO DE ORO: A fábrica de nada,
de Pedro Pinho (Portugal).
GRAN PREMIO DEL JURADO: Western,
de Valeska Grisebach (Alemania). DIRECCIÓN: Mathieu Amalric, por Barbara
(Francia). ESTRENO: 28 MARZO.
GUION: Thierry de Peretti, por Une vie violente
(Francia).
ACTOR: Pio Amato, por A ciambra
(Italia, Brasil, Alemania, Francia, USA, Suecia). ACTRIZ: Selene Caramazza, por Corazón puro
(Italia). ESTRENO: 7 DICIEMBRE.
PREMIO NUEVAS OLAS: Niñato,
de Adrián Orr (España).
por Mireia Mullor (enviada especial).
protagonizó una retrospectiva ineludible recuperando la obra de dos cineastas de excepción: Margarida Cordeiro y António Reis. Que el legado no se pierda.
LAS MUJERES VISIBLES
Dos de los grandes premios de esta edición han recaído en mujeres cineastas, cuyas obras destacan en un año que se antoja clave para equilibrar la balanza de género. Son Western, de la alemana Valeska Grisebach, una hipnótica metáfora política con ecos del Lejano Oeste, y Zama, de Lucrecia Martel, una impactante obra casi pictórica que supone, por la participación de Blanca Portillo y El Deseo en la producción, el único aporte español al palmarés. Sólo dos mujeres más integraban la Sección Oficial: Penélope, de Eva Vila, etérea relectura conceptual de La Odisea, y Un Sol interior, de Claire Denis, deslumbrante reflexión sobre el amor según Barthes. Fuera de lo oficial, dos magníficos retratos adolescentes como la sensorial Sarah joue un loup garou, de Katharina Wyss, y la rebelde Pin Cushion, de Deborah Haywood, que, para esta cronista, demuestran que lo mejor de Sevilla (al igual que ha ocurrido en los festivales de Sitges y Valladolid) se ha escrito en femenino. festivalcinesevilla.eu