Fotogramas

Molly’s Game. El juego de Aaron Sorkin y Jessica Chastain.

El guionista más famoso de Hollywood se estrena en la dirección de la mano de una estrella que nunca tiene miedo a decir lo que piensa. ‘Molly’s Game’ cuenta una historia tan increíble que sólo puede ser cierta. Hablamos con Aaron Sorkin y Jessica Chastai

- Por Daniel Martínez Mantilla (Toronto y Madrid).

Estoy muy contento, pero física

mente estoy agotado. Aaron Sorkin (Nueva York, 1961) llega al Festival de Toronto para presentar Molly’s Game, su debut como director. El guionista de Algunos

hombres buenos (R. Reiner, 1992) o La

Red Social (D. Fincher, 2010) estuvo trabajando en el montaje de su ópera prima hasta días antes de la presentaci­ón mundial de la adaptación al cine de la historia de Molly Bloom. A su lado está Jessica Chastain, fanática del discurso político del creador de la serie El

Ala Oeste de la Casa Blanca, que aquí se enfrenta al mayor desafío de su carrera: dar vida a una mujer fascinante que, a los 26 años, se convirtió en objetivo del FBI. Tres meses después de su encuentro con FOTOGRAMAS en el festival, volvemos a sentarnos con la actriz en su visita a Madrid, tras una exhaustiva gira que le ha llevado por todo el mundo.

CONVERTIRS­E EN MOLLY BLOOM

Hace casi dos años, Aaron Sorkin convocó una reunión con Jessica Chastain. En este primer encuentro, la actriz dejó

sin palabras al verborreic­o escritor:

¿Por qué nos estamos reuniendo? Yo soy Molly Bloom. La actriz recuerda, entre risas, una anécdota que acabó con final

feliz. Nunca le había dicho algo así a nadie. Sabía que Aaron estaba viendo a muchas actrices, y cuando tienes una reunión de este tipo es porque el director quiere verte como si fueras el personaje. Leí cosas de Molly, y me dio la impresión de que era una persona muy segura de sí misma y muy directa. Me vestí y hablé como ella. Funcionó. Entonces no lo sabía, pero la pelirroja contaba con

una gran aliada, la propia Molly Bloom:

Aaron me contó que ella le había pedido desde el principio que fuera yo quien la interpreta­ra. Estaba nerviosa con la posibilida­d de que cambiara de idea cuando me conociera. No lo hizo. Bloom formó parte del día a día de la adaptación al cine de sus polémicas memorias.

Siempre que necesitaba hablar con ella, Molly estaba disponible. Nos vimos muchísimas veces. A veces yo estaba en el rodaje y le escribía mensajes con dudas. Fue una gran ayuda, reconoce una agradecida Chastain, que, en La noche más

oscura (K. Bigelow, 2012), había experiment­ado lo que significab­a interpreta­r a una persona real sin tener apenas posibilida­d de contactar con ella.

PALABRA DE SORKIN

Sorkin ha pasado a la Historia por el endiablado ritmo de sus diálogos. El inventor del walk and talk (un recurso que muestra a los personajes andando de un sitio a otro sin dejar de hablar en ningún momento) sigue fiel a sus famosos sorkinismo­s en su primera película como director: La vida real no tiene una estructura dramática perfecta. La gente no habla con estos diálogos, pero para eso está el arte. Como autor, tengo en

cuenta los hechos, pero lo que intento hacer es un cuadro, no una fotografía. Según Chastain, la encargada de recitar esos diálogos, lo más difícil es aprenderte el texto. La primera semana de rodaje memorizamo­s con Idris Elba 47 páginas de diálogo. ¡En seis días, una locura! Al igual que en otros de sus guiones basados en hechos reales, Sorkin partía de un conflicto real para crear uno cinema

tográfico: Un buen ejemplo es la escena entre Molly y su padre (interpreta­do por

Kevin Costner), que rodamos durante varios días en una casa de Malibú. Está claro que fue una catarsis para ambos, pero seguro que en sus charlas no hubo frases rimbombant­es, ni tampoco discursos que llevaran al lloro. Mi trabajo es darle emoción al conflicto. El resultado

enamoró a la actriz: La confrontac­ión de Molly con su padre es la mejor escena que he hecho en el cine. No es habitual rodar una secuencia de diez minutos cuando haces una película. Es muy raro poder vivir un viaje emocional tan poderoso en una sola escena.

CUESTIÓN DE REPUTACIÓN

Como Chastain, Molly Bloom es una mujer que lucha por abrirse camino en una industria controlada por hombres. La reputación y su integridad es lo único que le queda cuando su vida se viene abajo al ser objeto de una investigac­ión por el FBI, pero la actriz prefiere evitar esos términos en su día a día: No estoy preocupada por mi integridad porque vivo tal y como quiero vivir. Nunca he estado en una situación que haya puesto en peligro mi reputación. Creo que si un actor se preocupa por estas cosas se limita como artista. El deseo de no rendir cuentas a nadie de Chastain resulta evidente en su brutalment­e honesto uso de las redes sociales. Mientras muchos de sus colegas recurren a ellas para subir fotos y promociona­r sus proyectos, la protagonis­ta de Molly’s Game opta por hablar de sus películas favoritas, denunciar injusticia­s y poner en su sitio a nombres tan controvert­idos como Casey

“LA VIDA REAL NO TIENE UNA ESTRUCTURA DRAMÁTICA PERFECTA. LO QUE INTENTO HACER ES UN CUADRO, NO UNA FOTOGRAFÍA”.

Aaron Sorkin, director

“EN OTRO FILM, TENDRÍAS EL TÍPICO PLANO DE LA CÁMARA SUBIENDO POR LAS PIERNAS DE MOLLY. AARON NO ME TRATÓ COMO A UN OBJETO”.

Jessica Chastain, actriz

Affleck, Woody Allen, Bryan Singer y,

por supuesto, Harvey Weinstein: No he contratado a nadie para que las lleve. Son mi plataforma para poder decir exactament­e lo que quiero. Todo lo que digo es porque lo he escrito yo.

LA PRIMERA VEZ

Sorkin nunca se había planteado ponerse detrás de una cámara: Durante mis 25 años como guionista no he aprendido nada de cinematogr­afía. No podría reconocer una lente concreta, pero sí puedo decir que me gusta lo que se ve al utilizarla. En Molly’s Game decidió contar con una directora de fotografía, Charlotte Bruus Christense­n (La caza), que se convirtió en sus ojos durante el rodaje. Creo que Aaron es demasiado humilde, puntualiza Chastain: Dice que no presta atención a las cuestiones técnicas, pero sí que lo hace. Sabe todo lo que está pasando en escena. Rodar con Aaron es como estar en una obra de teatro. Todo el mundo estaba trabajando en la misma dirección. La apuesta audiovisua­l del director se nota, sobre todo, en las múltiples escenas de póquer del film. No me importa quién ganaba, cuenta Sorkin: Me gustaban los sonidos de las fichas, el hielo en los vasos, ese tipo de momentos que suceden durante una

partida. Chastain, firme defensora de la diversidad dentro de la industria, apoyó firmemente el fichaje

de Bruus Christense­n. Gracias a Charlotte y Aaron, no sentí en ningún momento que la cámara me tratara como a un objeto. En otro film tendrías el típico plano de la cámara subiendo por las piernas de Molly. Sorkin, un cineasta particular que en los últimos años ha cambiado notablemen­te gracias a la influencia de su hija adolescent­e, se muestra reacio a aceptar los elogios de su estrella: Molly es quien cuenta la historia, no el director. Tener esos planos no sería coherente si hablamos desde su perspectiv­a. Si el director es perseveran­te, Chastain lo es

más. Esos son los problemas derivados de lo que llamamos la mirada masculina. Este film no cae en ello. Y eso es un cumplido, le dice la actriz a su director. Sorkin vuelve a quedarse sin palabras.

EL FUTURO

Me encantaría volver a dirigir. He disfrutado trabajando con realizador­es como como David Fincher, Bennett Miller y Rob Reiner, pero esta experienci­a

ha sido especial, asegura Sorkin, mientras deshoja la margarita y decide cuál será su siguiente proyecto. Chastain, por su parte, acumula estrenos pendientes. El más mediático es X-Men:

Dark Phoenix, su primera incursión en el cine de superhéroe­s con la que debuta como realizador otro guionista, Simon Kinberg. No es la primera vez que me lo ofrecen, pero esta me interesó porque tenía grandes personajes femeninos. No quería hacer de la novia o la hija de nadie, dice la actriz. Una lección que, de nuevo, comparte con el rol que le podría dar su tercera nominación al Oscar, algo con lo que prefiere no espe

cular. No veo mi vida como un juego de azar ni como un juego de habilidad. No me gustaría sentir que he llegado lejos simplement­e por una cuestión de suerte. Creo en el trabajo duro.

ESTRENO: 5 ENERO

AARON SORKIN (Director)

Una de sus obras de teatro, Algunos

hombres buenos (1989), llamó la atención de Hollywood. Aaron Sorkin (Nueva York, 1961) hizo historia con la serie El Ala Oeste de la Casa Blanca y ganó el Oscar por el guion de La Red Social (D. Fincher, 2010). Con Molly’s Game debuta como director. MOLLY’S GAME (USA, 2017, 141 min.). Dirección: Aaron Sorkin. Intérprete­s: Jessica Chastain, Idris Elba, Kevin Costner, Chris O’Dowd, Jeremy Strong, Bryan D’Arcy James, Michael Cera, Graham Greene. Distribuid­ora: eOne. DRAMA. www.eonefilms.es

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La verdadera Molly Bloom junto a Sorkin y Chastain.
Idris Elba es Charlie Jaffey, el abogado de Molly Bloom. La verdadera Molly Bloom junto a Sorkin y Chastain.
 ??  ?? Jessica Chastain y el guionista y director Aaron Sorkin preparan una toma en el set de rodaje.
Jessica Chastain y el guionista y director Aaron Sorkin preparan una toma en el set de rodaje.
 ??  ?? Molly Bloom (Jessica Chastain), la mano detrás de las mejores timbas de póquer de Hollywood.
Molly Bloom (Jessica Chastain), la mano detrás de las mejores timbas de póquer de Hollywood.
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 ??  ?? Kevin Costner es Larry, el padre de Molly. El personaje de Molly Bloom le ha brindado a Chastain su quinta nominación a los Globos de Oro.
Kevin Costner es Larry, el padre de Molly. El personaje de Molly Bloom le ha brindado a Chastain su quinta nominación a los Globos de Oro.
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