UN NIÑO REALMENTE MARAVILLOSO
Wonder es triste porque el tema también lo es. Pero también tiene humor, tranquilo, bien pensado. Las actuaciones son muy buenas. Todas. Creo que es una buena película para pensar. Marcela García (vía e-mail).
Un melodrama que se enriquece con diferentes puntos de vista: ni todos son tan buenos, ni todos tan malos. Evidentemente, me harté de llorar, pero no me sentí en ningún momento manipulada. Aurora (Gijón).
Se me humedecieron los ojos en incontables ocasiones, y me interesó mucho, aparte del asunto del bullying, por qué el personaje de Julia Roberts desatiende, sin querer, a la hija mayor. Y me alegró reen- contrarme con un Owen Wilson en tan buena forma. Werther (vía e-mail).
No me coló. No me emocionó. Como se suele decir, yo prefiero el libro. Era más sutil. Sobre todo, con el final. Luisa Nixon (vía e-mail).
Qué bien que se apuesta por la sobriedad cuando se trata de guiones tan fuertes como este. Raimon Vila (vía e-mail).
CONTESTA MR. BELVEDERE
Me extraña que, al referirse a Wonder, nadie se haya acordado de Máscara, el film de Peter Bogdanovich de 1985 que ya trataba un tema más o menos similar. Esa variedad de puntos de vista es uno de los valores de una película que cuenta lo que cuenta, pero no te obliga a sollozar.