‘The Square’ no admite competencia
La película de Ruben Östlund arrasó en los European Film Awards, que celebró su 30 edición el pasado 9 de diciembre, en una gala que remató el carrerón del corto español ‘Timecode’.
Si satirizar la pomposa autocomplacencia que rodea al mundo del arte conduce directamente a una Palma de Oro en Cannes o a seis galardones en los European Film Awards es que la industria del cine tiene un mejor, y mayor, sentido del humor del que se le presuponía. The Square ridiculiza, provoca... y acumula premios: en la edición número 30 de estos EFA, arrasó con los de Mejor Película, Mejor Comedia, Mejor Director, Mejor Guion, Mejor Actor (para el danés Claes Bang) y Mejor Dirección Artística. Así las cosas, Ruben Östlund se aprendió de memoria el camino al escenario y, domesticada su incorrección, protagonizó una explosión de alegría.
EL REMATE DE ‘TIMECODE’
Empezó bien esta ceremonia para nuestros representantes: el primer galardón de la noche del 9 de diciembre, el de Mejor Cortometraje, remató el carrerón de Juanjo Giménez y su Timecode.
La guinda de un pastel que ha regalado al cineasta barcelonés (enfrascado en planificar su primer largometraje) satisfacciones tan potentes como una Palma de Oro en Cannes o una candidatura al Oscar, más de 90 premios y de 200 presencias en festivales de medio mundo (el penúltimo, en la lejana China). Giménez no era el único candidato español en esta categoría: Laura Ferrés, ya reconocida en Cannes con Los desheredados, optaba al mismo galardón.
La mañana de la gala, Carla Simón y la productora Valérie Delpierre eran escépticas ante las posibilidades de Verano 1993 como Premio European Discovery, y apostaban por la británica Lady Macbeth como favorita. No erraron en su pronóstico. Tampoco el documental La Chana, de Lucija Stojevic, ni Un monstruo viene a verme (que optaba al Premio del Público) lograron la gloria, aunque los EFA sí valoraron el sonido de Oriol Tarragó para la fábula de de J.A. Bayona. En una gala más bien letárgica, con el alemán Thomas Hermanns cumpliendo discretamente con su papel de conductor, sólo se salvaron algunas parodias de films europeos (fuerte aplauso para la vis cómica de Alex Brendemühl), que engrasaban los espacios entre agradecimiento y agradecimiento.
HOMENAJES Y TÓMBOLAS
Y entre los parlamentos más aplaudidos, el clásico alegato de Wim Wenders contra los nacionalismos y en favor de una Europa unida (que es la solución y no el problema, dijo... poco antes de hacer una marciana e incomprensible mención a que iba vestido de bombero español). Y los de los homenajeados Aleksandr Sokurov y Julie Delpy. La actriz, directora y cantante francesa protagonizó el momento de la noche al contar en el escenario que tres semanas antes de rodar su nueva película se cayó la financiación, proponiendo una solución insólita: un crowdfunding en forma de tómbola. ¿El premio? Desayunar con ella la mañana siguiente. ¿El ganador? Max, un joven barcelonés residente en Berlín. ¿El menú? Damos fe que un buffet libre de cinco tenedores.