SANTIAGO ALVERÚ
"Mi lema vital es: 'No nos pongamos sentimentales porque estemos cantando'".
(Oviedo, 25/02/1992)
Protagonizar Selfie (2017), de Víctor García León, ha sido el mayor golpe de suerte de este cinéfilo que, hace tres años, creó sus propios premios alternativos a los Goya (Yago) y que ha cambiado el rol de entrevistador por el de entrevistado. Su terreno es la stand-up comedy y la comunicación, y valora el humor por encima de todo: Me gusta reírme de mí mismo. Lo hace de todas las situaciones vergonzosas de su vida, como aquella en la que la chica estupenda que le escribía para conocerle en el Festival de Málaga resultó ser un perfil falso de Instagram.
Viendo una versión de La Isla del Tesoro con sus hermanos, dio con su lema vital: No nos pongamos sentimentales porque estemos cantando. Su familia y amigos (esos que lo apodaron El Córneas cuando le saltó ceniza en unas hogueras de San Juan) son sus principales pilares y, al contrario que su personaje de
Bosco de Selfie, se enorgullece de su padre: Su nivel de exigencia saca lo mejor de mí.
Quiso estudiar Geología, pero se metió a Derecho pensando en ser embajador, y terminó estudiando Comunicación Audiovisual. Es incapaz de proyectarse a un año vista y de planificar a medio plazo ( me encanta la comedia porque en ella la vida depende del trabajo diario). Sin recuperarse aún de la decepción que han supuesto para él sus grandes ídolos hasta hace unos meses (Dustin Hoffman, Louis CK), le cuesta encontrar referentes en el mundo del cine. Anhela presentar su propio late night y mataría por haber pisado algún concierto de Queen o Tom Petty. Pese a que se sienta fingido al pensarse actor, su carrera en la gran pantalla tiene próxima parada: Miamor perdido, lo nuevo de Emilio Martínez-Lázaro.
Por qué lo queremos: Por su capacidad de improvisación y su actitud de actor impostado. Asignatura pendiente: Dominar más idiomas: Sé inglés y francés, pero me gustaría aprender otros, como árabe.