Fotomatón: Joel Bosqued.
En ‘Que baje Dios y lo vea’ es un novicio con dudas entre la castidad del monasterio y la alegría de Macarena García. En la vida real, Joel Bosqued (Zaragoza, 1989) es un tímido hambriento de aprendizaje, con una mirada azul que perfora y una pareja codiciada (Blanca Suárez).
¿Cuándo fue la primera vez que pensó en ser actor? Teatro y moda hice desde pequeño. Pero un día sentí que quería formarme, aprender, para poder ser otros que yo no soy.
¿Cuándo vio que lo había conseguido? Cuando sea un anciano, con una familia, y eche la vista atrás y vea que he podido vivir de esto toda una vida, sentiré que lo he conseguido.
¿A quién admiraba de pequeño?
A mi abuelo Juan Luis. Ha sido mi ejemplo vital; mi referente. Ya no está, pero pienso en él en cada momento importante de mi vida.
¿A quién admira ahora? A mi abuelo. Me ha marcado mucho.
¿Qué necesita? Seguir trabajando con continuidad para poder seguir aprendiendo. Y no perder de vista que este trabajo es un privilegio. Y que todo es pasajero.
¿Qué le sobra? Negatividad, malos días o malas contestaciones por pequeñas cosas sin importancia. Aprendí mucho de... Meter la pata.
No me enseñó nada: Algunas personas que pasaron por mi vida.
Pensé en tirar la toalla cuando... Me aparté hace unos tres años. Me puse a dar clases de equitación (equinoterapia para personas con discapacidad) hasta que eché de menos esto y volví.
Lo mejor (o peor) que aprendí de una pareja: Que hay que cuidar ese amor.
Un acierto: Conocer a mi representante (Paloma Juanes).
Un fallo: Comprarme una motaza con el sueldo de la serie El castigo.
Un estrés: Estar mal con alguien a quien quiero.
Querría conocer a: El cantante Usher. Me da buen rollo.
No querría conocer a: Rajoy.
Mito erótico confesable: Adele.
Hacer escenas de desnudo/ eróticas es: Buff, ¡me dan mucha vergüenza!
QUE BAJE DIOS Y LO VEA SE ESTRENA EL 5 DE ENERO