Todo el dinero (y escándalo) del mundo
Nuevos casos de acoso sexual, acusaciones rebatidas, indignantes brechas salariales, campañas de concienciación y polémicas a diario pero... ¿Se atreverá Hollywood a dar el paso definitivo y cambiar algo?
Al mismo tiempo que Scotland Yard le abre la tercera investigación por agresión sexual y Harvey Weinstein es abofeteado en un restaurante de Arizona por un desconocido (¡menos mal que no le pilló Paul Sorvino!), Ridley Scott vio cómo se le encendía un nuevo fuego a Todo el dinero del mundo, el thriller que había conseguido salvar de la quema pública cuando, a la carrera, tiró de Christopher Plummer para encarnar a John Paul Getty y eliminar de la cinta al citado Spacey: a pocos días del estreno USA, se hacía público que, por los días de rodaje extra, Michelle Williams cobró un 0,07 por ciento de lo que se le pagó a Mark Wahlberg: 1.000 dólares frente a 1,5 millones. Wahlberg, señalado por la revista Forbes como el actor que, dentro del star system, menos beneficios produce por dólar pagado, salió del paso devolviendo todo el sueldo con una donación, en nombre de Williams, a la fundación legal Time’s Up.
DESMONTANDO A WOODY
También han donado su sueldo a la misma plataforma, aunque por razones diferentes, Rebecca Hall y Timothée Chalamet. Ellos, como Greta Gerwig y Mira Sorvino, se han arrepentido públicamente de haber trabajado con Woody
Allen. Al cineasta neoyorquino sólo le defiende Alec Bald- win, que recuerda que Allen fue investigado por dos Estados y que nunca se presentaron cargos sobre los abusos que su hija adoptiva, Dylan Farrow, denunció haber sufrido cuando en 1992, cuando tenía 7 años. Ahora, ya adulta, se pregunta en The New York Times cómo es posible que su padrastro salga indemne de la nueva concienciación social sobre el acoso que arrancó con la investigación sobre Weinstein en la que participó su hermano Ronan, el único hijo biológico de Allen. Dije la verdad, afirma en una entrevista a la cadena CBS. ¿Estamos presenciando los últimos momentos de la carrera de Allen? Fuera como fuere, la discusión sigue y las denuncias se suceden. Como la realizada por Eliza Dushku, que acusó a un especialista de abusar de ella en el set de Mentiras arriesgadas (J. Cameron, 1994). O las que han recibido James Franco o Aziz Ansari, cuya reacción ha abierto otra línea de debate, más que la respuesta sobre la cuestión llegada desde Francia con Catherine Deneuve a la cabeza: si todo es un escándalo, nada lo es. Y entonces nada cambia.