DAFOE, BRÚJULA MORAL
Para Sean Baker, el personaje de Bobby, con el que Willem Dafoe puede conseguir su segunda nominación al Oscar tras la de La sombra del vampiro (2000), hace justicia a la cara más noble de su personalidad: Se tiende a olvidar su cara bondadosa porque ha interpretado a muchos villanos, pero es un actor perfecto para sostener la brújula moral de un film. Basta recordar su extraordinario trabajo en Arde Mississippi (Alan Parker, 1988).