Un verano inolvidable
El origen de Verano 1993 no puede ser más triste: la propia directora, Carla Simón, cuenta, a través de la pequeña Frida (Laia Artigas), su propia historia, la de cómo, después de quedarse huérfana, se fue a vivir con sus tíos. Una vez convertida en el sensible argumento de su ópera prima, todo han sido alegrías, en taquilla, premios y festivales. A gran distancia (nunca en la historia de nuestros premios hubo tanta entre la primera y segunda), le han seguido un film de género, Verónica, de Paco Plaza; dos declaraciones de amor a las letras y la escritura, El autor, de Manuel Martín Cuenca, y La librería, de Isabel Coixet; y otro debut, Júlia ist, de Elena Martín.