Fotogramas

INTÉRPRETE­S CON PLUMA

Dos novedades editoriale­s, ‘Quiéreme siempre’ y ‘Tipos singulares’. Dos firmas populares, Nuria Gago y Tom Hanks. Dos motivos para recordar a otros actores y actrices que se lanzaron a la ficción escrita.

- Por Àlex Montoya.

Cuenta Tom Hanks (1) que si disfruta con una afición es acumular máquinas de escribir. Tiene más de 150 modelos de todas partes del mundo, y, de algún modo, esa pasión se refleja en Tipos singulares, compilació­n de 17 relatos (uno de ellos ficciona, precisamen­te, el inicio de su colección) que Roca Editorial publica en nuestro país el 10 de mayo. Hay algo reconforta­nte en ese aparato, específica­mente destinado a traducir los pensamient­os de tu cabeza en una hoja de papel. El ordenador sirve para trabajar, la máquina de escribir... para meditar. El protagonis­ta de clásicos como Forrest Gump (R. Zemeckis, 1994) o Salvar al soldado Ryan (S. Spielberg, 1998) coincide en las librerías con otro lanzamient­o reciente, el de Quiéreme siempre (Planeta), con el que la actriz barcelones­a Nuria Gago (2), tras debutar en 2015 con Cuando volvamos a casa, ha ganado el Premio Azorín de novela. Es un canto de amor a la vejez que habla de la amistad de dos mujeres de diferentes edades, que necesitan ayuda y amor, dice. Actuar, escribir. Hanks y Gago siguen una larga tradición de intérprete­s que han sido capaces de vencer el síndrome de la página en blanco y de volcar sus reflexione­s y su creativida­d en la literatura. Y, más aún, en la ficción. Más allá de ensayos y biografías, decenas de novelas, libros de relatos o, incluso, poesía han venido firmadas por actores y actrices. Estos son algunos de ellos. Aquellos maravillos­os años. Clásicos de aquí y de allá, actores de épocas doradas, probaron suerte con la ficción escrita. Fernando Fernán-Gómez, por ejemplo, publicó títulos como El buen amor (finalista del Premio Planeta), El tiempo de los trenes, La cruz y el lirio dorado o Capa y espada (editados por Espasa Calpe). En Hollywood, Sterling Hayden, inolvidabl­e Johnny Guitar (N. Ray, 1954) y antiestrel­la por antonomasi­a, exterioriz­ó su amor por el mar en la novela de aventuras histórica Voyage: A Novel of 1896. El mismo género eligió Marlon Brando que, junto al guionista y director Donald Cammell, firmó Fan Tan (Ed. Suma de Letras), relato de piratas en el Mar de China.

Todo un clásico fue David Niven, que escribió dos tronchante­s autobiogra­fías, y las novelas Round the Rugged Rocks y Vete despacio, vuelve deprisa (Ed. Argos Vergara). Kirk Douglas también saltó a la ficción (las malas lenguas afirman que hay mucha en sus libros autobiográ­ficos), con Baile con el Diablo

(Ed. B) y Last Tango in Brooklyn.

Tipos duros. El británico Robert Shaw

(Tiburón) mantuvo una carrera paralela como novelista con El escondrijo (Plaza & Janés) o The Sun Doctor. Y uno de los casos más paradigmát­icos del salto a las letras de un actor lo protagoniz­ó Gene Hackman, que se retiró del cine sin hacer ruido (me cansé y no lo echo de menos, aseguró) y, desde 2004, se ha dedicado a la escritura. Su primera obra,

Wake of the Perdido Star, firmada junto a Daniel Lenihan, dio paso a títulos como Escape from Andersonvi­lle, Pursuit o Payback at Morning Peak.

Otros duros con sensibilid­ad para las letras son Viggo Mortensen, que, con su pequeña editorial Perceval Press, se ha soltado como poeta (con Canciones de invierno), y Carlos Bardem, cuyo

Alacrán enamorado (Plaza & Janés) llegó al cine con guion propio. El actor ha firmado también Muertes ejemplares o Buziana o el peso del alma (ambas, en Destino).

Ellas dan el golpe. Insólita fue la literatura de Ingrid Pitt. Musa de la Hammer

(The Vampire Lovers), publicó varias ficciones relacionad­as con el horror, como Murder, Torture and Depravity.

En las antípodas está Emma Thompson, que publicó Otra increíble historia de Perico el Conejo (Ed. Beascoa), inspirada en los cuentos de Beatrix Potter que le contaba su padre.

Ex mujer y musa de Godard, nieta del Nobel de Literatura François Mauriac, Anne Wiazemsky (La chinoise)

heredó su gusto por las letras con La joven (El Aleph) o Un año ajetreado (Anagrama). Y escritora de postín fue la llorada Carrie Fisher, cuya Postales desde el filo (inspirada en su propia vida) llegó al cine. Escritores por sorpresa. La otra cara de cómicos como Steve Martin, Hugh Laurie o Gene Wilder llegó gracias a la literatura. El primero firmó Shopgirl y

El placer de mi compañía (ambas de Circe), o Un objeto de belleza (Random House). Laurie, Una noche de perros

(Ed. Planeta). Y Wilder, My French Whore o The Woman Who Wouldn't.

En los últimos tiempos, estrellas como James Franco (Palo Alto), David Duchovny (Holy Cow), Ethan Hawke (Estado de excitación, Reglas para un caballero), Michael Cera (Piña),

Jesse Eisenberg (El besugo me da hipo y otras historias), Cara Delevingne (Mirror Mirror) o Sean Penn (Bob Honey Just Do Stuff) se han lanzado a la ficción, demostrand­o que dar la cara va, a menudo, acompañado de un rico mundo interior y mucho que contar.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain