Milos Forman: En busca de la libertad
Director checo. 13 abril. 86 años.
Viví la censura de un régimen; aún peor, la autocensura a la que nos obligaba el miedo, y que destruía nuestra honestidad. Para defender mi trabajo, tenía que creer que estaba haciendo comedias tontas e inocentes, sin lecturas políticas, buscando sólo que el público se divirtiera. Milos Forman (Cáslav, 1932) no guardaba buen recuerdo del régimen comunista de la antigua Checoslovaquia, a la que no regresó cuando los tanques del Pacto de Varsovia entraron en su país, cortando los aires frescos que se respiraban en la llamada Primavera de Praga. Y también a una nueva línea de cine, con autores como Jirí Menzel, Jan Nemec o Vera Chytilová, que crecía en prestigio internacional (era una tormenta de jóvenes entrando por una brecha de libertad,
explicaba). En su país, Forman dirigió films como Los amores de una rubia (1965) o ¡Al fuego bomberos! (1967).
Los nazis exterminaron a mis padres
(murieron, respectivamente, en Auschwitz y en Buchenwald), los soviéticos invadieron mi país y encarcelaron a muchos amigos... creo que siempre he tenido algo que decir sobre la libertad,
reflexionaba en plena promoción de una de sus películas más controvertidas, El escándalo de Larry Flynt (1996), que tenía como eje temático, precisamente, la libertad de expresión.
El exilio americano. Fue en Estados Unidos donde Forman se refugió, después de que los rusos le pillaran en París, trabajando con Jean-Claude Carrière en el guion de su primera película norteame- ricana, Juventud sin esperanza (1971). El Sueño Americano se redondeó cuando Michael Douglas le ofreció dirigir Alguien voló sobre el nido del cuco (1976, con Jack Nicholson en la foto 1), algo que cambió su vida: ganó el Oscar y le cayeron mil y un proyectos. Me decían que era una historia muy americana, pero para mí era la vida real: el Partido Comunista fue mi enfermera Ratched.
Después llegarían Hair (1979), Ragtime (1981, con James Cagney, foto 2), Amadeus (1984) y su segundo Oscar (foto 3), Valmont (1989), Man on the Moon (1999, en la foto 4 con Jim Carrey) y Los fantasmas de Goya (2006), que rodó en España con Javier Bardem. Apenas nueve películas fuera de su país: Era demasiado vago para trabajar en algo que no me emocionara.