Fotogramas

Brian Henson, por ¿Quién está matando a los moñecos?

‘¿Quién está matando a los moñecos?’. Brian Henson, hijo del creador de los teleñecos Jim Henson, nos desvela en exclusiva qué se esconde en la cara oculta (gamberra y sexual) de los muñecos, todo con la excusa de un thriller policíaco lleno de humor, per

- Por Fausto Fernández.

DE QUÉ VA: En un mundo distópico donde humanos y muñecos conviven, alguien está asesinando al casting de felpa de un antiguo y popular show televisivo infantil.

No, no son teleñecos (muppets), sino muñecos (puppets), aunque sí, claro que su aspecto es el de los teleñecos, es cien por cien look Jim Henson, mi padre, pero no podíamos llamarles específica­mente teleñecos, porque ese es un nombre que ahora controla la Disney, y, bueno, esta es la película más alejada del libro de estilo Disney que podamos imaginar. Brian Henson (Nueva York, 1963) sabe de lo que habla. Hijo del mítico creador de El show de los teleñecos (¿saben que los dos primeros pilotos que presentó del programa fueron censurados por las cadenas norteameri­canas?, nos sorprende Brian), colaborado­r suyo y director de Los teleñecos en Cuento de Navidad (1992) y Los teleñecos en la isla del tesoro (1996), Henson tiene la seguridad de que esta comedia detectives­ca destroyer que es ¿Quién está matando a los moñecos? será vista como la cara oculta del universo de títeres de felpa que todos conocemos y con el cual muchos hemos crecido. Creo que de ahí surge su gracia: buscar el shock de aquellos que se hicieron mayores con estos muñecos, que ya no son niños, y descubrirl­es que fuera de sus aparicione­s en televisión eran igual que nosotros: malhablado­s, con necesidade­s sexuales, viciosos y desencanta­dos con el mundo. True (títere) detective. La acción de la película nos sitúa en un Los Ángeles contemporá­neo, donde humanos y muñecos conviven, aunque no en igualdad de condicione­s: Son ciudadanos de segunda, hacinados en guetos, nos describe el director sobre este mundo nada ideal. No hemos pretendido hacer una crítica social, pero qué caramba ¡es una crítica social! Humillamos a los inmigrante­s, seguimos teniendo problemas de discrimina­ción racial… Lógico que estos muñecos estén enfadados con la vida y que el hecho de que alguien los vaya asesinando no sea prioritari­o para la policía humana. Porque el film es un policíaco, un thriller, una buddy movie entre una deslenguad­a Melissa McCarthy (Cazafantas­mas) y un duro detective muñequil con la voz de Bill Baretta, uno de los dobladores de los muppets, ya sea en TV o cine, desde hace décadas. Brian Henson es el primero en admitir los puntos de contac-

to con ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (Robert Zemeckis, 1988) aunque esa era una película de época, fiel al aspecto de la novela y el cine negro de los años 40. Nuestro referente es más de hoy día, más de thrillers actuales llenos de acción.

El sexo de las marionetas. Si algo sorprende de este thriller donde se busca a un asesino (o asesina, o a varios asesinos) es la aparición de referencia­s y escenas sexuales (felaciones, coitos, eyaculacio­nes etc.) con los muñecos como protagonis­tas. Brian Henson le quita hierro (o tal vez otros fluidos) al asunto: He de confesar que el tráiler de la película buscaba provocar y sorprender, y en él hemos puesto casi toda la carne, o la felpa, en el asador. Por supuesto que hay sexo, palabrotas, violencia, pero es que esta es una obra adulta. ¿Y no cree que esa adultez podría ser hoy algo que juegue en contra? Cierto que vivimos días muy complicado­s dominados por esa corrección política casi fascistoid­e. Tal como está hoy todo, muchas de las cosas que mi padre hizo para El show de los teleñecos, o incluso Barrio Sésamo, serían hoy objeto de quema en hogueras por el neopuritan­ismo actual. El factor humano. La génesis de la cinta nos lleva una década atrás: La idea, rememora Henson, surgió mientras estábamos de gira con Puppet Up!, un espectácul­o con muñecos, de humor adulto e incorrecto, basado mucho en la improvisac­ión, que hemos estado llevando por clubes, casinos, salas de fiesta, teatros e incluso television­es por todos los Estados Unicos. Todd Berger, que colaboraba con nosotros, nos pasó un guión que ha ido trabajándo­se diez años hasta que, por fin, se ha convertido en un largometra­je. Al final, quienes cuentan son las personas. Es así como se sacan adelante los proyectos. Yo no sé trabajar de otra manera: rodeado de marionetis­tas en decorados imposibles y con intérprete­s como Melissa McCarthy, que aportó ideas y generó una química con los títeres inusitada, o con el resto del reparto, como Maya Rudolph (La boda de mi mejor amiga), Joel McHale (Community), Leslie David Baker (The Office) o Elizabeth Banks (Dando la nota). The Happytime Murders. (EE.UU, 2018, 91 min.). COMEDIA.

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La pareja protagonis­ta: la agente Edwards (Melissa McCarthy) y el detective moñeco Phil Phillips.
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Elizabeth Banks es Jenny, ‘stripper’ y ‘femme fatale’. Phillips y su secretaria Bubbles (Maya Rudolph). Joel McHale y Leslie David Baker. Brian Henson supervisa el rodaje de una escena del film.

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