PURASANGRE.
DE QUÉ VA: Aprovechando una gira de promoción, un famoso novelista trata de recuperar la relación con su hijo adolescente, un muy introvertido concertista de violoncelo.
Música para caparazones. Tomando el nombre (sin el artículo The) de la banda de folk-rock The Waterboys, y de su música, como elemento de cohesión entre los dos personajes principales, en principio alejados entre sí, Waterboys fue una de las películas más exitosas en la cartelera holandesa de hace un par de temporadas, seguramente porque tenía más de una comedia humana y positiva británica (Gran Bretaña es co-productora del film) que de nuestra natural y nacional tendencia al pesimismo, comentaba con humor su director, Robert Jan Westdijk. Hasta hoy, él solo había estrenado en nuestro país el drama La hermanita (1995). Road movie en pareja, aunque no hay que menospreciar a la sensacional galería de secundarios que aparecen a lo largo del metraje, en su intencionalidad pretende, según Westdijk, ser un puente de unión entre diferentes
generaciones, padres e hijos, siempre con humor y ternura.
Letra y música. Mientras que el joven actor Tim Linde tuvo que entrenar para resultar convincente como músico, Leopold White lo tuvo un poco más fácil para meterse en la piel de ese novelista de éxito: Tenía para elegir a un montón de escritores de best sellers para tomarlos como modelo. Gente capaz de inventar mundos, historias y de ser dioses omniscientes con sus personajes, pero incapaces de empatizar con el público o con sus propios seres queridos. Precisamente de eso va el film, de genios que no saben ser personas, no saben amar. Y para eso está la música, la de The Waterboys: además de evocadora, señala el director, en sus letras hay muchas referencias literarias. Waterboys (Holanda, Gran Bretaña, 2016, 89 min.). COMEDIA DRAMÁTICA.