Bohemian Rhapsody
Bohemian Rhapsody (Gran Bretaña, EE. UU., 2018, 134 min.). Dir.: Bryan Singer. Int.: Rami Malek, Gwilym Lee, Ben Hardy, Joseph Mazzello, Lucy Boynton, Mike Myers, Aidan Gillen. BIOPIC.
Veintisiete años después de la muerte de Freddie Mercury, ya podemos disfrutar de una versión cinematográfica del ascenso, conflicto y retorno a los escenarios del líder de Queen. Y es que, por mucho que Brian May prescindiese de Sacha Baron Cohen por intentar centrar la historia en el cantante, la banda es el lujoso contexto en el que se mueve el auténtico protagonista de Bohemian Rhapsody.
Rami Malek se transforma en Mercury gracias al magnífico trabajo de caracterización y a la entrega de un intérprete que ha sabido liderar el proyecto frente a los problemas de la producción. En lucha constante con una obligada prótesis dental, Malek entiende los excesos del personaje y aprovecha sus virtudes para mostrarnos a una gran estrella con corazón, que es lo que todo fanático busca en un biopic sobre su músico favorito. Sería injusto no señalar lo logrado por Gwilym Lee, Ben Hardy y Joseph Mazzello como Brian May, Roger Taylor y John Deacon pero, como ocurre con la banda, Freddie lo inunda todo.
Una lástima que Peter Morgan y Anthony McCarten hayan apostado por una estructura tradicional para el libreto, incluyendo un prólogo enlazado con el clímax final que, de haber contado con un croma a la altura, habría llevado a los espectadores a aquel Live Aid que demostró que Queen no era una banda que mereciese, simplemente, una película correcta.