SALIDA DE EMERGENCIA
‘The Guilty’. Un actor, una pantalla de ordenador y un solo escenario. El debut del realizador danés Gustav Möller se sostiene con una propuesta al filo que ha superado las pruebas de crítica y público.
El agente Asger Holm, degradado a operador de emergencias policiales, recibe la llamada de una mujer secuestrada, pero la comunicación se corta abruptamente.
Fin de la rutina. Justo dos meses después del estreno de Searching, de Aneesh Chaganty, un thriller narrado solo a través de la pantalla de un ordenador que recordaba a Open Windows (Nacho Vigalondo, 2014), llega a nuestras pantallas otro relato de intriga con una nueva propuesta de ‘más difícil todavía’. The Guilty transcurre en una sala de emergencias de una comisaría de Copenhague y con un único protagonista, el policía Asger Holm (Jakob Cedergren, Submarino). Después de unas llamadas rutinarias de personas asustadas por consumo de drogas o de clientes de prostitutas, el aburrido agente entra en una terrible espiral cuando descubre que uno de sus contactos, una mujer llamada Iben
(la voz de Jessica Dinnage), está en peligro de muerte.
Una experiencia única. Habla el director: La idea de la película se me ocurrió cuando vi en la televisión el caso de una mujer secuestrada en Estados Unidos que había llamado al servicio de emergencias utilizando palabras clave. El novel realizador no se sintió atraído por el crimen o la ambientación policíaca sino por el poder de la imaginación. Cada espectador de su futura película pensaría en una situación diferente en la que se encuentra la víctima.
Y la fórmula funcionó, como demuestran los Premios del Público logrados en los festivales de Sundance y Rotterdam. Continúa Möller: Mi objetivo es hacer un thriller de suspense y basado en los personajes, pero también una película que ofrezca a cada espectador una experiencia completamente única.
Solo ante el peligro. Ante la total ausencia de personajes (los compañeros policías solo son vistos de fondo o mal encuadrados) y de escenarios, la importancia de la fotografía, de Jasper Spanning ( Algo en que creer, 2017), y del sonido, de Philip Nicolai Flindt, eran capitales. Los primeros planos de los dedos marcando números o de una aspirina efervescente y el tono de voz de Iben son tan importantes como la ambientación o los paisajes en otros films. Concluye Möller: Como en mis admiradas Buried (2010) o Locke (2013), todo es cuestión de imaginación. ESTRENO: 23 NOVIEMBRE