Tres caras
★★★★ ★
3 rokh (Irán, 2018, 100 min.). Dir.: Jafar Panahi. Int.: Behnaz Jafari, Jafar Panahi, Marziyeh Rezaei. DRAMA.
JafarPanahi, el más metalingüístico de los cineastas iraníes después del maestro Kiarostami, explora las mil facetas del patriarcado y sus efectos sobre la maltratada condición femenina en su país en una película que, como de costumbre en su cine, pone en cuestión los quebradizos límites entre documental y ficción. No obstante, lo más admirable de Tres caras no es el sofisticado juego de espejos que propone a partir de lo performativo
–con esas tres mujeres que, siendo aspirantes a actriz o actrices consumadas, en la clandestinidad o saboreando las mieles de la celebridad, son aplastadas por la hegemonía de lo masculino– sino lo que supone como gesto de solidari- dad del director de Offside, otra feroz reivindicación feminista. Si sus tres películas anteriores, realizadas ya durante su arresto domiciliario, hablaban precisamente del compromiso del artista con el mundo que lo rodea, aunque esté condenado a reproducirlo en una perpetua sinécdoque, en la que la parte encierra la complejidad significante del todo, en Tres caras salta la barrera física de un inevitable ensimismamiento formal para encontrar en la opresión a la mujer iraní una injusticia que le separa de su propio drama.
Tan episódica como Taxi Teherán, tan digresiva como Esto no es una película, definitivamente menos autocomplaciente que Closed Curtain, tal vez la más opaca de sus obras de confinamiento, Tres caras es también un viaje a las profundidades del Irán rural a través de una serie de encuentros en los que Panahi –acompañado de Behnaz Jafari, actriz que se interpreta a sí misma y es el auténtico motor narrativo del film– demuestra otra vez su capacidad de observación, su control sobre una puesta en escena que parece improvisada en presente de indicativo, y un sentido del humor no exento de melancolía. No es poco para una película que empieza con un suicidio que puede ser o no auténtico, grabado en las poco fiables imágenes de un teléfono digital, que continúa como un relato detectivesco en forma de road movie que es también la crónica de una expiación, y que cristaliza en un falso documental etnográfico con mensaje feminista al fondo. ESTRENO: 23 NOVIEMBRE