Spike Lee, por Infiltrado en el KKKlan.
‘Infiltrado en el KKKlan’. Tras una carrera marcada por el retrato de la cultura afroamericana, Spike Lee destapa las resonancias actuales de la odisea de un detective de policía negro infiltrado en el Ku Klux Klan en los años 70.
DE QUÉ VA: Colorado Spring, años 70. El detective Ron Stallworth (John David Washington) se infiltra en el Ku Klux Klan con la ayuda de su compañero Flip Zimmerman (Adam Driver).
Spike Lee, el político. Cuando uno entrevista al autor de clásicos modernos como Haz lo que debas (1989) o La última noche (2002), no hay manera de esquivar sus dos temas favoritos: el deporte y la política. Así, cuando el reportero de FOTOGRAMAS se presenta como Manu de Barcelona, Lee responde con un extático ¡Ooouuu, Messiiiii!, para a continuación, en clave más reflexiva, apuntar: Oye, pero no acabo de entender lo que está pasando entre Madrid y vuestra gente, dice refiriéndose al proceso catalán. Es una locura… pero bueno, podríamos pasarnos dos días charlando del tema y quizá aún no lo entendería. Lo dejamos para la próxima, ¿ok? Perfecto, mejor abordar las tensiones raciales en la América actual, particularmente palpables desde la llegada de Donald Trump al poder. Una realidad que Lee tenía muy en mente cuando decidió dirigir Infiltrado en el KKKlan: Jordan Peele –director de Déjame salir (2017) y productor del film– me llamó y me explicó la increíble historia de Ron Stallworth, un policía negro que se infiltró en el Ku Klux Klan en los años 70, explica Lee. Nuestra misión fue conectar esa historia situada en la era de la Guerra de Vietnam y llevarla a nuestros días. La realidad actual en Estados Unidos es el resultado de toda una historia de represión y violencia llevada a cabo contra el pueblo afroamericano.
Spike Lee, el hombre indignado. Desde los medios, se me suele etiquetar como ‘Spike Lee, el director negro indignado’. ¡Como si no tuviese motivos para estarlo! Los Estados Unidos de América se fundaron gracias al genocidio de los nativos americanos y gracias a la esclavitud, afirma rotunda y solemnemente el cineasta de
Brooklyn, que ha decidido clausurar su nueva película con un montaje de imágenes de los incidentes ocurridos en Charlottesville, Virginia, el 12 de agosto de 2017, donde la activista por los derechos civiles Heather Heyer murió atropellada por James Alex Fields Jr., un joven supremacista blanco de ideología nazi. Ver aquel coche abalanzándose contra la muchedumbre me rompió el corazón, revela Lee. Llamé a la madre de Heyer para transmitirle mis condolencias y pedirle permiso para utilizar imágenes del ataque. Aquello fue un acto terrorista. En la rueda de prensa en el Festival de Cannes, donde Infiltrado
en el KKKlan se alzó con el Gran Premio del Jurado, Lee mostró todo su rechazo contra la reacción de Trump ante aquel trágico acontecimiento: Aquel cabronazo tuvo la oportunidad de apostar por el amor y renegar de la violencia, pero el capullo decidió no enfrentarse al jodido Ku Klux Klan y a aquellos cabronazos nazis.
Spike Lee, el cinéfilo. Al director de Malcolm X (1992) le gusta firmar sus películas como A Spike Lee Joint, que podría traducirse como Un cuelgue de Spike Lee. Preguntamos al cineasta cuáles son los ingredientes básicos de sus cuelgues: Pues una gran banda sonora, buena fotografía, un montaje con ritmo, un vestuario molón y, claro, una gran historia. En Infiltrado en el KKKlan, película basada en el libro de memorias de Ron Stallworth, hay dos ingredientes más que Lee sabe combinar como nadie: drama y humor. Me gusta que la gente se ría con mis películas, pero que esa risa les lleve a la reflexión, defiende el director.
Pero no he inventado nada. Muchos de mis directores favoritos son grandes practicantes del cine serio con humor: pienso en el Stanley Kubrick de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964),
en el Sidney Lumet de Network, un mundo implacable (1976), el Elia Kazan de Un rostro en la multitud (1957) o el Billy Wilder de Traidor en el infierno (1953). Lee tiene citas cinéfilas para todo. Preguntado por la mejor manera de definir la situación de América y el mundo a día de hoy, el cineasta responde: Estamos viviendo el año que vivimos peligrosamente, en re- ferencia a la película que, en 1982, dirigió Peter Weir y lideraron Mel Gibson, Sigourney Weaver y Linda Hunt.
Spike Lee, el hombre de familia. Cuando le preguntamos por el casting de Infiltrado en el KKKlan, Lee apunta que, desde el principio, pensé en John David (Washington) para el papel de Ron Stallworth. El hijo mayor de Denzel Washington, que en los últimos años ha ganado popularidad gracias a su papel en la serie
Ballers de HBO, debutó en la gran pantalla con solo 6 años en Malcolm X, película protagonizada por su padre, actor fetiche de Lee. Los Washington y los Lee estamos muy unidos, y cada día más porque nuestros hijos tienen la misma edad y son amigos, explica el cineasta. El vínculo personal-profesional se extiende a Pauletta Washington, la esposa de Denzel, que aparece en Nola Darling, la reciente serie de Lee para Netflix. Por su parte, John David Washington, de 34 años, explica a FOTOGRAMAS que
toda mi vida he querido ser actor, pero en mi adolescencia me volví un chico introvertido y rebelde, y descubrí que a través del fútbol americano podía expresar lo que llevaba dentro. Aunque después, como profesional (Washington jugó en los Sacramento Mountain Lions, los St. Louis Rams y, en 2007, en el equipo de la NFL Europe Rhein Fire), descubrí la cara más dura de ese deporte: sufrí fracturas de menisco, del tendón de Aquiles, en la costillas… Por suerte, aún soy capaz de memorizar líneas de diálogo, afirma aliviado la nueva estrella del clan Washington.
ESTRENO: 31 OCTUBRE BlacKkKlansman (Estados Unidos, 2018, 135 min.). COMEDIA DRAMÁTICA.
“Me gusta que la gente se ría con mis películas, pero que esa risa les lleve a la reflexión. Mis directores favoritos practican el cine serio con humor”