MÁQUINAS MORTALES
‘Mortal Engines’. Tras llevar el universo de J. R. R. Tolkien a la pantalla, Peter Jackson nos zambulle en un nuevo mundo, la adaptación de una saga juvenil que él coescribe y produce, y dirige uno de sus protegidos, el debutante Christian Rivers. Hablamo
Enganche mortal. Antes de empezar a planear su trilogía de El Hobbit, entre 2006 y 2007, Peter Jackson comenzó a leer Máquinas mortales, una saga juvenil escrita por Philip Reeve (ed. Alfaguara) y se enganchó tanto que terminó las cuatro partes del tirón: Me obsesioné con las posibilidades que tenía y me lancé a comprar los derechos. Me sorprendió que estuvieran libres, así que me hice con ellos. A Jackson le fascinó el futuro posapocalíptico de la propues- ta, con esas máquinas gigantes a modo de ciudades devorándose las unas a las otras. Una survival movie con estética steampunk. Así que se puso a trabajar en su desarrollo sin pensarlo dos veces. Discípulo aventajado. La puesta en marcha de El Hobbit acaparó la atención de Jackson más de lo que habría imaginado. Le comenté a Christian Rivers lo que tenía en mente y se mostró entusiasmado, nos cuenta. Ambos llevaban trabajando juntos desde hacía 25 años,
desde los dís de Braindead (Tu madre se ha comido a mi perro) (1992) y su confianza era total. Comenzó haciendo mis storyboards y desde entonces ha estado involucrado siempre en mis proyectos. Hemos ido creciendo juntos a lo largo de los años. En El Hobbit dirigió la segunda unidad y ganó un Oscar por los efectos visuales de King Kong (2005).
Estaba más que preparado para liderar una gran superproducción.
Futuro imperfecto. Para Jackson, el mayor reto era comenzar a construir desde cero todo el universo visual de la película. En El señor de los anillos
miramos hacia el pasado, pero aquí era la dirección contraria y por eso constituyó un reto. El director cuenta que tuvieron que imaginar el futuro desde la perspectiva actual: Un mundo devastado por la guerra, en el que todo ha cambiado, las fronteras, la situación global de cada país…
Un futuro que sirve para reflexionar en torno a nuestro presente: Tiene algo de comentario de algunas cosas que están sucediendo y dan mucho miedo.
No es otra saga teen. El director y productor asegura que Mortal Engines no es una distopía juvenil como, por ejemplo, Los juegos del hambre: Cuando empezamos, no teníamos en mente algo así. Quería hacer algo más abstracto, crear una sociedad diferente, pero a modo de fantasía. Que el nuevo mundo creado no fuera terrible y ya está, sino diferente. Por ejemplo, no nos interesaba mostrar cómo esa sociedad se había reconstruido sobre la desgracia, como suele ocurrir en las distopías juveniles. Maestría técnica. Jackson, que empezó usando trucos artesanales, con el tiempo se convirtió en el rey de los efectos especiales. Cada nuevo título iba un paso más allá en cuestiones de tecnología. Esta película precisamente tiende un puente entre el pasado y el futuro y la manera en la que nos relacionamos con las máquinas. Aunque la película ha sido definida como un cruce entre la saga Mad Max y El castillo ambulante (H. Miyazaki, 2004), Jackson asegura que no tuvieron ninguna influencia en mente. En el libro teníamos todo lo que necesitábamos, lo difícil fue ponerlo en imágenes, pero fue un proceso apasionante.
ESTRENO: 14 DICIEMBRE
Mortal Engines FANTÁSTICA.