Lo que esconde Silver Lake
★★★★ ★ Under the Silver Lake (EE. UU., 2018, 139 min.). Dir.: David Robert Mitchell. Int.: Andrew Garfield, Riley Keough, Topher Grace, Zosia Mamet, Callie Hernandez, Patrick Fischler, Grace Van Patten. THRILLER.
Hay películas calcadas a algunas ya existentes, o que encajan con docilidad en el molde de un género dado, fácil de descodificar. Otras (las menos) son peculiares, únicas, y basan su originalidad en la amalgama de tantos pedazos, citas y alusiones a materiales previos que el insospechado producto de dicha fusión, y no cada ingrediente, es lo que acaba definiendo su valía. El tercer largometraje de David Robert Mitchell pertenece a esa última estirpe, aunque exacerba lo suficiente su propuesta como para trascender incluso el marco de la referencialidad como justificación artística, llevando un paso más allá cierto modo de representación y narración que, además de nutrirse de piezas ajenas, se
(re)interpreta de acuerdo a su relación con ellas.
Broma infinita alrededor de la cultura popular-paranoide, exhibición de atrocidades que huele a espíritu adolescente, largo adiós al noir sonámbulo-voyeurístico diseñado cual cubo de Rubik existencial, crepúsculo de los dioses cinéfagos y sueño de la razón como guante de seda forjado en hierro, estamos ante una película extraordinaria en sentido estricto.
Y es que el autor de la memorable
It Follows (2014) ha subido su apues- ta en busca de tonos inéditos y formas audiovisuales ultra codificadas, componiendo esta vez un cautivador ejercicio deme tal ingüismosatí ricomelancólico imposible de explicar sin recurrir a un alud de obras anteriores. Es decir, más que buscar la singularidad sirviéndose de creaciones pasadas, el cineasta aspira a obtener una aleación verdaderamente sin par agitando las esencias de una plétora de obras no solo únicas, sino excepcionales, constituyentes cada una de casi un género en sí mismas. Triunfo de la alquimia fílmica, la invocación fantasmática del ayer y el comportamiento volátil, acaso inesperado, de cuantos reactivos componen la mezcla, Lo que esconde Silver Lake constituye un festín sensorial y conceptual más allá del guiño que, gracias al angst juvenil que lo impregna todo y aun teniendo la alienación como embrión principal, finalmente no encalla ni en el ensimismamiento petulante ni en la tibieza enciclopédica. ESTRENO: 28 DICIEMBRE