PARA ALMAS EN PENA DE LOS CÍCLICOS CLAROSCUROS DE NUESTRA HISTORIA.
Lo mejor: cuando László Nemes acaba convirtiéndose en István Szabó.
Lo peor: una apuesta estética que ya había quedado agotada.
Lo mejor: cuando László Nemes acaba convirtiéndose en István Szabó.
Lo peor: una apuesta estética que ya había quedado agotada.