BARDEM SÍ, CHIGURH NO
José Andrés, el cocinero asturiano que triunfa en Estados Unidos y despide el año con una nominación al Nobel de la Paz, no descarta probar suerte como actor.
¿Su primera vez con el cine español?
Sin duda, Margarita se llama mi amor (1961), cuando TVE era la única forma de ver películas. A mi madre le encantaba Sesión de tarde y allí estaba yo con ella. Todavía lo recuerdo como si fuera ayer, y esa canción: Una chica chica chica boom, del calibre 133…
¿En qué film español se quedaría a vivir? En El bosque animado (1987). Vivir ese momento de cambio, un antes y un después en España, fue maravilloso. José Luis Cuerda es un maestro en hacerte sentir parte de la historia.
¿Con qué persona o personaje iría de cañas?
Disfrutaría muchísimo con Pepa Marcos (Carmen Maura), la protagonista de Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), de Pedro Almodóvar.
¿Con qué personaje querría quedarse encerrado en el ascensor?
Con Manolo, de Belle Époque (F. Trueba, 1992), para que me aconsejara cómo lidiar con mis tres hijas, como hacía él. Solo oír la voz de Fernando Fernán Gómez ya me emociona; su tono, su prosa… Me limitaría a escucharlo.
¿A quién no querría cerca en un avión?
A Chigurh, el personaje de Javier Bardem en No es país para viejos (Joel y Ethan Coen, 2007). A él siempre lo tendría a mi lado, es un pedazo de actor, ¡pero a ese elemento ni en pintura!
¿Qué película española ha inspirado su exitosa carrera?
El laberinto del fauno (2006), una cinta simplemente increíble, entre el mundo real y la fantasía casi imposible. Excepto para Guillermo del Toro, que puede con lo imposible.
¿Para cuándo un cameo?
De pequeño hacía teatro y el cine es mi pasión. Me encantaría ser actor de forma ocasional. De momento estoy escribiendo un guión sobre un cocinero en la Guerra de Secesión.
¿A quién le gustaría tener en sus fogones?
Amo a Aitana Sánchez Gijón, es perfecta. Y además es muy cocinillas; seguro que me enseñaría algún truco.
¿Cómo maridan la cocina y el cine?
Ambos oficios tienen en común la presión y la incertidumbre de no saber si va a gustar el producto final. Almodóvar une muy bien ambos mundos, ¡ese gazpacho de Mujeres al borde de un ataque de nervios es fantástico! Tapas
(José Corbacho, 2005) no estuvo nada mal, pero la gran película de comida del cine español aún está por hacer.