DANIEL PÉREZ PRADA
Al pelirrojo Daniel Pérez Prada (Madrid, 1981) le viene al pelo su desconcertante personaje de guardia civil, escocés, con falda a cuadros y todo, en ‘Tiempo después’, la última genialidad de José Luis Cuerda. Lo veremos pronto también en ‘¿Qué te juegas?’ y en la serie ‘El pueblo’.
¿Cuándo pensó por primera vez en ser actor? Toda mi vida quise serlo. Debuté con ¿De qué se ríen las mujeres?, cuando estaba en 1.º de BUP, por probar. Luego estudié Comunicación Audiovisual, trabajé de mil cosas, incluso fui azafato en el programa El diario de Patricia, antes de retomar la profesión.
¿Cuándo vio que lo había conseguido?
Nunca te puedes relajar. No creo que haya ninguna meta. Antes malvivía de ello y ahora puedo vivir de ello.
¿A quién admiraba de pequeño?
A mi abuelo Miguel, la mejor persona que he conocido, a Harrison Ford y a Michael Jackson, cuya música sigo escuchando a diario.
¿A quién admira ahora?
A esos mismos y a José Mujica, Bárbara Lennie y, sobre todo, a Javier Bardem.
¿Qué necesita?
Mucho café y, cuando ruedo, píldoras de ginseng.
Penso en tirar la toalla.
Nunca.
¿Qué le sobra?
Nostalgia.
Aprendí mucho de...
Mi inconstancia y, como actor, de mi compañero Jesús Noguero, aunque él no se lo cree cuando se lo digo.
No me enseñó nada: La prisa ni aquel curso sobre Cómo enfrentarse a un casting. Lo mejor (o peor) que aprendí de una pareja: Que cuando hay un problema yo formo parte también de él y a no darme tanta importancia (aunque soy actor… jajaja).
Un acierto: Conservar a mis amigos de siempre, que no son actores y me mantienen con los pies en el suelo.
Un fallo: La impaciencia, soy un culo de mal asiento.
Un horror: El uso que se hace de las redes sociales.
Un estrés: Perder el móvil.
Querría conocer (o me gustaría haber conocido) a:
Al roquero Rosendo.
No querría conocer a:
Ninguno de mis ídolos.
Mito erótico confesable: Tuve mis primeras pulsiones sexuales con Sabrina Salerno y, aunque suene raro, con la novia de La Pantera Rosa, el dibujo animado.
Hacer escenas de desnudo/ eróticas es: Pura falsedad al rodarlas pero muy agradables de ver en la pantalla.