POLÍTICA DE BROCHA GORDA

Javier Cámara regresa a la ficción televisiva española con ‘Vota Juan’, una serie creada por los guionistas Diego San José y Juan Cavestany que cuenta el día a día de un patético ministro con ansias de poder.

Sin escrúpulos. ¡Es maravilloso poder interpretar a un personaje tan bestia!, afirma eufórico Javier Cámara (Albelda de Iregua, La Rioja, 1967). Pero, paradójicamente, no se refiere a sus recientes papeles como turbio monseñor en The Young Pope, ni como capo del cártel de Cali en Narcos, sino al inofensivo ministro de Agricultura de Vota Juan, la serie creada por los guionistas Diego San José ( Superlópez, 2018), que aquí se estrena como showrunner, y Juan Cavestany ( Vergüenza, 2017) para TNT. Ocho episodios de 30 minutos que narran en clave de comedia las peripecias de Juan Carrasco, un político sin mucho pedigrí pero sobrado de autoestima que embarca a su equipo y su atípica familia en unas primarias con el objetivo de ser candidato a la presidencia del Gobierno. Juan tiene una gran ambición, muy poca inteligencia y mucha calle. Es como esos políticos que están irrumpiendo ahora que uno piensa: ¿Pero esta gente dónde se ha criado?, ¿qué habrá tenido que hacer para llegar donde está? –explica Cámara–. Es un ser humano mediocre y mezquino que se sirve de todas las armas que no utilizaríamos nadie para lograr sus propósitos. Vergüenza ajena. Diego San José (Irún, 1978) siempre vio la política como un filón para la carcajada. Sorprendió a todos con el programa satírico Vaya semanita

(2003), en el que bromeaba sobre la realidad en Euskadi formando tándem con Borja Cobeaga. Juntos también arrasaron con Ocho apellidos vascos

(Emilio MartínezLázaro, 2014). He crecido en el País Vasco en los años 80, cuando el conflicto político lo impregnaba todo y reírnos de algo que era tan grave nos vino muy bien. Sin embargo, ahora me interesan más los políticos que la política. Una máxima que comparte Juan Cavestany (Madrid, 1967), al que conoció en Aupa Josu (2014), un piloto para la ETB protagonizado por un chapucero consejero del Gobierno vasco (Carlos Areces). La serie no salió adelante, pero ahí comenzaron a visualizar Vota Juan. Lo que más nos llamaba la atención es la pérdida de prestigio de los políticos –cuenta