RACHEL BROSNAHAN ES DE ORO
‘La maravillosa Sra. Maisel’ arrasó, un año más, en los Globos de Oro. Hablamos con su protagonista sobre el humor como instrumento de liberación, para el bien o para el mal.
No encajar en el perfil. Antes de recibir los parabienes de los
Emmy, Globos de Oro o la crítica, Rachel Brosnahan (Milwaukee, 1990) sentía que la subestimaban porque no da el perfil típico de cómica, lo mismo que le sucede en la serie La maravillosa
Sra. Maisel a Midge, su rol: Cuando la gente asume que no puedo ser divertida es igual que cuando creen que no puedes llegar alto por tu aspecto. Como mujer, te ves obligada a adoptar cualidades masculinas porque no tenemos referentes de cuál es la apariencia de una mujer líder. Aún no nos hacemos a la idea de una mujer poderosa que no se adapte a lo esperado. Se me ocurren pocos ejemplos, Madeleine Albright o la presidenta de Estonia, distintas muestras de feminidad y poder.
La relatividad de la comedia. El humor es para Brosnahan una herramienta de liberación: El stand-up comedy surge muchas veces de la rabia o la decepción, pero también de la curiosidad o del desequilibrio de poder. Todas esas cosas son atemporales. No obstante, la forma en que se articula el humor sí ha evolucionado con el tiempo: Estudié la historia de la comedia. En los años 50 pasaron del estilo villano a un humor basado en la observación y contar historias, pero aprendí que puedes decir cualquier cosa siempre que sea divertido, lo cual es relativo.
No es fácil saber dónde está el límite: Para mí, el mejor humor viene de mirarse al espejo. Resulta muy empoderador hablar de algo que, dicho de otra forma, sería ofensivo.
Sin embargo, también puede ser un arma de doble filo: Es fácil ver cuándo alguien pone el dedo en el ojo a los que mandan y cuándo se usa la comedia para todo lo contrario, camuflar odio y atacar a los débiles.
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