Thriller
★★★ ★★
Mug (Polonia, 2018, 91 min.). Dir.: Malgorzata Szumowska. Int.: Mateusz Kosciukiewicz, Agnieszka Podsiadlik, Malgorzata Gorol, Anna Tomaszewska, Dariusz Chojnacki. DRAMA.
Tal vez como retrato de lo hipócrita que puede resultar una comunidad ante la desgracia ajena, Mug resulte un tanto tosca, aunque es inevitable conmoverse frente a la desesperación de este hombre corriente que, tras un accidente laboral, se convierte en el primer paciente que recibe un trasplante facial en Polonia. Por lo que ya pudimos ver en Body, Szumowska está especialmente preocupada por hablar de la identidad a partir de la conciencia de lo físico, pero esta vez su intención es ampliar el campo de batalla de su discurso a la sociedad polaca, incapaz de reconocerse en el espejo de su catolicismo supuestamente dadivoso. El feliz hallazgo de esta fábula es transformar a su héroe, un hevyata con la cabeza llena de sueños, en un Jesús contemporáneo, que pierde los favores de sus apóstoles cuando trabaja, ironías de la vida, en la construcción de una estatua gigantesca de Jesús. Cualquiera diría que Szumowska no comparte demasiado el fervor religioso de sus compatriotas: prefiere antes al mártir digno, que lucha por hacerse un nuevo lugar en el cínico mundo que lo rechaza, que al icono impertérrito, símbolo del silencio (o la indiferencia) de Dios ante el egoísmo de sus devotos.
PARA LOS QUE CREAN QUE LA CARA NO ES EL ESPEJO DEL ALMA. Lo mejor: la escena inicial, unas rebajas de ropa interior de lo más excéntricas.
Lo peor: a veces su crítica a la hipocresía social es algo ramplona.