Ciencia-ficcion Crítica
★★★★★
High Life (Alemania, Francia, EE.UU., Gran Bretaña, Polonia, 2018, 110 min.). Dir.: Claire Denis. Int.: Robert Pattinson, Juliette Binoche, Mia Goth, André Benjamin, Lars Eidinger. CIENCIA-FICCIÓN.
Qué
ocurre cuando una película se parece tanto a un agujero negro? Que sus imágenes parecen curvarse en el espacio-tiempo, que sus objetivos se diluyen como fotones en una herida cósmica, en ese horizonte de sucesos que genera la gravedad vampírica de esos vórtices siderales que resultan tan fotogénicos. Es una hermosa expresión, la de horizonte de sucesos, en la medida en que designa la zona del agujero negro que absorbe todas las partículas, como ocurre en esta majestuosa High Life, la primera space-opera de Claire Denis, en la que la frontera entre tiempos narrativos se desmorona para que la energía potencial de los temas que trata –la poética del cuerpo en tensión, tan cara a la directora de Beau Travail, aquí sublimada en una brutal sesión de onanismo protagonizada por Juliette Binoche, magnífica en su papel de Dra. Mengele del espacio exterior; el apocalipsis ecológico; la perpetuación de la especie humana como neurosis científica; y la paterni- dad como vínculo atávico para enfrentarse al fin del mundo– cristalice en una meditación sobre el sentido de la existencia en forma de enigmática fábula distópica, una especie de Doce del patíbulo galáctica atravesada por el espíritu espectral del Solaris de Tarkovski. Cualquier intento de definir High Life está predestinado al fracaso: no hay ninguna película de ciencia-ficción que este crítico recuerde que se muestre a la vez tan atenta a los fluidos del cuerpo –semen, sangre y lágrimas– como al llanto de un recién nacido, como si los enigmas del universo –ese agujero negro– fueran, en realidad, los enigmas del cuerpo.
Lo mejor: las escenas de Pattinson y el bebé, y Binoche en el ‘Fuckbox’.
Lo peor: que su radicalidad conceptual se confunda con hermetismo. PARA AMANTES DE LAS ANTI-‘SPACE OPERAS’ QUE IRRADIAN MISTERIOS OSCUROS.