Beautiful Boy. Siempre serás mi hijo
★★★ ★★
Beautiful Boy (EE. UU., 2018, 120 min.). Dir.: Felix van Groeningen. Int.: Steve Carell, Timothée Chalamet, Maura Tierney, Amy Ryan, Stefanie Scott, Christian Convery, Oakley Bull. DRAMA.
Aunque hay películas extraordinarias sobre la adicción, es un subgénero muy delicado, un tipo de film muy difícil de encarar sin excederse de algún modo. ¿Qué se puede contar, hasta dónde se puede mostrar y cómo se debe abordar la historia de una adicción para no ser excesivamente moralista, para no caer en lo escabroso, para no pasarse en lo
emocional? Es muy complicado acertar con la fórmula, todavía más si el director busca más el relato íntimo de los hechos que la crónica distanciada. Esto último es exactamente lo que hace Felix van Groeningen en Beautiful
Boy. Siempre serás mi hijo, drama basado en hechos reales sobre la relación entre un hombre joven (Steve
Carell) y su hijo
(Timothée Chalamet), un chaval adicto a la metanfetamina. Hay algunos desajustes de tono en la película, que cae puntualmente en los excesos de los que hablaba al principio. Y la caligrafía amable de la propuesta, embellecida y melódica, entra en conflicto a ratos con la dureza de lo expuesto. Aun así, hay en ella dos cosas muy interesantes. Una, una verdad que desarma. Beautiful Boy. Siempre serás mi hijo se siente real, se siente viva, sobre todo por la magnífica interpretación de los actores. Otra, el gran acierto de convertir la obsesión de ese hombre por salvar a su hijo en otra adicción, una adicción que viaja en paralelo a la del chaval y llena de matices la historia. Desirée de Fez Entrevista con Steve Carell en pág. 88 ESTRENO: 15 MARZO