CINCO FLASHES EN CINCO FRASES
# Había visto ya Judy & Punch el año pasado en el Festival de Sitges convirtiéndose desde entonces en una de mis favoritas. Al final ha llegado a nuestras pantallas domésticas y revisándola sin las premuras de un festival me confirmo en su divertido y virulento humor isabelino, y en su contundente mensaje feminista a golpe de garrotazo y tententieso. Por momentos me parecía estar viendo al mejor Tim Burton. Nerea Salvatierra (vía e-mail).
# No es, ni será, Los profesores de Saint-Denis la primera vez que el cine francés se preocupe de la infancia centrándose en la educación, un valor hoy en desuso. Lo hace de una manera humilde, con mucho sentido del humor y con una agradecida ausencia de paternalismo, algo de lo que deberían tomar nota algunos cineastas españoles de cuyo nombre (y películas) no quiero acordarme. Manu Deán López (vía e-mail).
# En un futuro debería estudiarse no solo el efecto confinamiento que nos ha hecho devorar sin otra cosa que hacer en el hogar películas que habríamos dejado pasar de largo si se hubiesen estrenado en salas de cine, sino tambien la contumaz cabezonería con la que Daniel Radcliffe enlaza proyecto tras proyecto, a cual más demencial, con el único propósito de dinamitar su imagen de Harry Potter. La desquiciada Guns Akimbo es un ejemplo: excesos de videojuego para tiempos de Instagram Stories. Quim Molins (vía Facebook).
# La chaqueta de piel de ciervo supera con creces el concepto de marcianada. ¿O acaso es el de tomadura de pelo? Sea lo que sea (y no estoy a estas alturas todavía decidido), es de agradecer que una película sea tan libre, tan loca y que lo sea tomándose muy en serio, tanto como ese Jean Dujardin protagonista, quizás en el mejor papel de su extensa carrera. O no. Alejandro Sánchez (vía e-mail).
# A servidor, uno de los que hace ya casi (o no casi) dos décadas se sintió profundamente decepcionado (traicionado) por la película 54, la existencia ahora de Studio 54, apasionante documental de Matt Tyrnauer disponible en plataformas on-line, es una reparación del desagravio que supuso aquel film con Mike Myers. Luis Guzmán (vía Facebook).
√ Pullman bien podría ser nuestro The Florida Project particular, salvando eso sí las distancias, no únicamente de presupuesto, sino de una mirada demasiado superficial y autocomplaciente en el caso de la película de Toni Bestard, más preocupado por el mensaje que por dotar a su obra de algo así como el reverso oscuro de los cuentos infantiles. Llàtzer Forteza (vía e-mail).
√ En mi opinión, a Pullman le pierde ese tremendismo de guardarropía en el que sumerge a sus dos jovencísimos protagonistas, niños que van a descubrir el lado oculto de la Mallorca más turística. A ratos parece que estés viendo un Callejeros mondo. Rafael Galiana (vía e-mail).
√ Pullman es una fábula con una gran carga moral y de denuncia. Es también un viaje iniciático, el de esos dos niños que amanecen en la Mallorca más de postal y ven anochecer esa ciudad en sus entrañas repletas de explotación, racismo y desigualdades sociales. Una suerte que se hagan, y se puedan ver, películas así. Carme Ganivell (vía e-mail).
CONTESTA MR. BELVEDERE
De Toni Bestard recordaba con bastante agrado
El perfecto desconocido, título que a la postre poco tiene que ver con esta Pullman que se deja de sutilezas y de elipsis para explotar el morbo (utilizando a dos menores de edad) de una Mallorca que a ratos se asemeja más al México fronterizo de las películas de los hermanos Scott o de la última de Rambo.