‘La mujer perfecta’: con humor
Embarcarme en mi segunda película ha sido sencillo porque me la ha propuesto el productor Jaime Ortiz de Artiñano, de LaZona, con Atresmedia Cine. Lo que supone un peso muy grande es la sensación de que se espera que esté a la altura de Carmen y Lola, pero La mujer perfecta, que voy a dirigir con todo mi amor y mis ganas, es algo muy distinto, una comedia que pretende hacer reír y reflexionar un poco, con humor, sobre qué significa ser mujer hoy en día. El confinamiento me pilló el primer día que se reunía al equipo para empezar a rodar el 18 de mayo. Dentro de lo malo fue en el mejor momento, porque hemos parado sin que hubiera un extracoste. Pero se sufre mucho, porque ya tienes todas tus energías puestas en ello y de pronto se frena todo. La incógnita es cuándo podremos volver, aunque tenemos pensado que podrá ser a finales de agosto o primeros de septiembre. Por ahora no sabemos la metodología de rodaje o los cambios que habrá que hacer. La protagonista es una mujer de clase alta, de mediana edad, que interpreta Belén Rueda, cuya existencia ha sido perfecta, hasta que su hijo le dice que se va a casar con una chica que no es para nada lo que ella esperaba. Sufre el síndrome del nido vacío, la vida que tenía prevista se tambalea y se plantea todo lo que puede hacer aún. En el reparto, que está cerrado a falta del personaje del hijo, están Gonzalo de Castro; Jose Coronado, al que vamos a transformar en un hombre de clase social baja; Pepa Aniorte, y Carolina Yuste, con quien ya trabajé en Carmen y Lola, por la que ganó el Goya a la Actriz de Reparto. Aprovecho para repasar el guion, que es de Olatz Arroyo, y adelantar algo de trabajo con los actores a golpe de Skype. Le doy un empujón también estos días en los que estoy en casa, con mi pareja y mis dos críos, de uno y tres años, para darle un empujón al guion de Chinas, mi segundo proyecto más personal, en la línea de Carmen y Lola. Va del mundo de una adolescente china en España. Esa segunda generación que wasapea en castellano, baila twerking y son más españolas que las españolas, lo que les crea un conflicto de identidad porque viven metidas desde pequeñas en el bazar de sus padres, que no son capaces de aprender el idioma. Ese es un mundo que me parece fascinante y me está resultando mucho más hermético que el gitano, y que me apetece mucho explorar.